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«Iba en tren desde hace diez días para ahorrar e invertir el dinero en una "villita"»

SARA ARES Corresponsal PORTO DO SON.

ESPAÑA

María Laranga Ventoso, madre del electricista gallego asesinado en San Sebastián Rota por el dolor, la madre del ingeniero técnico electricista muerto a manos de ETA el jueves en San Sebastián, la sonense María Rosa Laranga Ventoso, aunó ayer desprecio y odio para referirse a los asesinos de su vástago. Esta emigrante gallega, que no quiere fotos, desea a quienes perpetraron el atentado «tanto daño y mal como el que nos han hecho pasar».

23 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El mar le arrebató a su primer marido hace más de treinta años, tragedia que llevó a la sonense María Laranga a engrosar la interminable lista de emigrantes gallegos al trasladarse al País Vasco. Hace nueve meses, una enfermedad apartó definitivamente de su lado a su segundo cónyuge. Para colmo de desgracias, el pasado jueves la irracionalidad puso fin a la vida de uno de sus hijos. Ayer concedió una entrevista por teléfono a este medio desde su casa en San Sebastián, poco después de asistir a la misa de despedida de José Ángel, cuyos restos fueron incinerados. -Difícil sobrellevar tanto dolor, ¿verdad? -Sí, son demasiadas desgracias juntas, pero ninguna como ésta última. Lo que han hecho no tiene perdón de Dios. -Si pudiese pedir un deseo y que éste se cumpliese, ¿cuál sería? -Tal y como nos encontramos tanto yo como mi familia, destrozados por el dolor, pediría que los asesinos de José Ángel sufriesen tanto daño como el que nos han ocasionado. Ojalá se pudran en la cárcel. No me importa nada decirlo. Si vienen a por mí, les mostraré a la cara lo único que se merecen, nuestro desprecio. -¿Cómo era José Ángel? -José Ángel y su mujer formaban un matrimonio de película. Vivía para trabajar, nunca se metió en política, ni él ni nadie de la familia. Estaba ilusionado con la villita que se habían comprado hace unos dos años en Castelleta, a unos sesenta kilómetros de San Sebastián, y ahorraba todo lo que podía para tenerla hermosa. Hasta el punto de que hace menos de diez días decidió ir al trabajo en tren porque gastaba menos que con el coche. -¿Cómo lleva lo de ser epicentro de la actualidad? -Mal. No queremos saber nada de políticos, ni de cámaras, ni de manifestaciones.