Barrionuevo y Vera salen de prisión apenas nueve horas después de haber ingresado

IÑIGO CORRAL MADRID

ESPAÑA

El Gobierno estima que llevan una «vida normalizada» y les impone un régimen especial que permite que no tengan que dormir en prisión El ex-ministro del Interior José Barrionuevo y el ex-secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera salieron ayer poco después de las 18 horas del centro penitenciario Victoria Kent, en Madrid, donde habían ingresado por la mañana.

30 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Ambos estuvieron en prisión alrededor de nueve horas y, a partir de ahora, ni siquiera tendrán que regresar para dormir. Dicha obligación ha sido sustituida por comparecencias semanales ante las autoridades penitenciarias «que conjuguen las especiales necesidades de seguridad personal de los afectados con el cumplimiento de su condena». La decisión de la Dirección de Instituciones Penitenciarias afecta también a Ricardo García Damborenea, Julián Sancristóbal y Miguel Planchuelo. Por contra, los cuatro policías condenados en el caso Marey (Julio Hierro, Francisco Sáez Oceja, Luis Hens y José Ramón Corujo) siguen en prisión a la espera de que se reexamine sus expedientes, ya que cuando les fue concedido el indulto parcial no habían sido clasificados en tercer grado. Los nueve condenados habían cumplido a rajatabla la orden dada 24 horas antes por el Tribunal Supremo para que ingresaran «sin dilación» en la cárcel. Sin fotógrafos y sin la presencia de dirigentes socialistas, aunque arropado por varios simpatizantes del PSOE, Vera fue el primero en cumplimentar el exhorto. Llegó al centro Victoria Kent poco antes de las ocho de la mañana. Una hora más tarde apareció Barrionuevo y, posteriomente, Sancristóbal y Planchuelo. García Damborenea ingresó en Alcalá Meco. Los cinco excarcelados se encontraban clasificados en tercer grado desde el 23 diciembre de 1998, sin que, como recuerda Instituciones Penitenciarias, hubieran variado las circunstancias que concurrieron para adoptar tal decisión. De ahí que, nada más volver a ingresar en prisión, se reunieran las distintas juntas de tratamiento de las prisiones para estudiar sus casos. Tras valorar las circunstancias «procesales, sociolaborales y de seguridad personal» de los cinco recluidos, se acordó aplicarles el artículo 86.4 de la Ley de Reglamento Penitenciario, que sustituye la obligación de pernoctar en la cárcel por dos comparecencias semanales ante las autoridades penitenciarias. Sólo tendrán que firmar un papel, y otra vez a casa.