Piqué sale al paso de las burlas socialistas por sus reverencias a Bush asegurando que es su forma de ser
14 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Las sentidas reverencias con las que el responsable de Exteriores, Josep Piqué, recibió al presidente de Estados Unidos a pie de la escalerilla del Air Force One han dado pie a un aluvión de mofas a costa del ministro. Piqué trató ayer de salir del paso asegurando que la gente que le conoce sabe que tiene «ese tic», «siempre que saludo o hablo con alguien voy asintiendo con la cabeza», replicó. Y aseguró que forma parte de su forma de ser. La anécdota sirvió para que muchos comentaristas políticos y varios miembros de la oposición se burlasen de la efusividad que mostró el ministro de Exteriores hacia Bush. Así, Jesús Caldera, portavoz socialista en el Congreso, manifestó que «hemos visto a Piqué inclinar la cabeza ante Bush hasta perder el decoro; inaugurando la diplomacia del cabezazo». Otro diputado socialista finalizaba su intervención en el Congreso deseándole a Piqué una pronta recuperación «de las secuelas en forma de tortícolis que tantas reverencias han debido dejarle» y arrancando del pleno las consiguientes carcajadas. «Satisfecho con las críticas» No obstante, el ministro de Exteriores, en declaraciones a Telecinco, se mostró satisfecho de que los «únicos aspectos más o menos criticables» de la visita del máximo mandatario norteamericano se hayan reducido a esa «anécdota». Centrándose en lo que calificó como asuntos más serios, Piqué se refirió a la polémica sobre el escudo antimisiles que Bush pretende poner en marcha. Así, explicó que se pone de manifiesto que hay una coincidencia «básica» entre todos los líderes europeos acerca de este asunto. «No tiene sentido mantener inamovible el esquema de seguridad del equilibrio del terror», explicó.