El cadáver del agente judicial Francisco Calero, que se suicidó el pasado miércoles tras ser detenido como sospechoso del robo de sumarios en los juzgados de Marbella (Málaga), fue enterrado ayer en el cementerio Virgen del Carmen de la ciudad, acto al que asistieron unas 150 personas. Según el rotativo catalán El Periódico, Calero era propietario de un Ferrari y una motocicleta Harley Davidson, vehículos de lujo que contrastan con sus modestos ingresos. El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, indicó que ha encargado una investigación interna, «aunque está muy claro cómo sucedió todo». Calero se lanzó desde la azotea de su edificio durante un registro policial de su vivienda. Según Torres Hurtado, los agentes no tuvieron «ni tiempo, ni capacidad de reacción para evitar el suceso». Sin embargo, el portavoz del Grupo Independiente Liberal (GIL) de Melilla, José María Benítez, denunció que la policía tiene una «responsabilidad impresionante» en el suicidio del agente judicial marbellí, ya que estaba bajo su custodia. Actuaciones irregulares Diversos partidos políticos, entre ellos Izquierda Unida, pidieron ayer que se disuelva el Ayuntamiento de Marbella, a tenor de este caso y de los diversos escándalos que han salido a la luz pública. En este sentido, la consejera de Justicia de Andalucía, Carmen Hermosín, pidió que se distinga entre las actuaciones de carácter irregular de determinadas personas del ayuntamiento y la institución que representa.