Uno de los jóvenes fallecidos no había consumido alcohol y en las ropas del otro apareció una bolsita con una pastilla Las investigaciones sobre las muertes de dos jóvenes en una fiesta «tecno» en Málaga se centran en confirmar si la droga procedía de una partida adulterada o de gran pureza, algo cada vez más común en el mercado europeo. La policía sabe que una de las víctimas no había ingerido alcohol, por lo que descarta que un cóctel de éxtasis y bebida causase las intoxicaciones, que por ahora se cifran en 20, pero podrían ser más. De hecho, los agentes pasaron el día de ayer tratando de localizar a nuevos afectados. El padre de uno de los jóvenes encontró entre las ropas de su hijo una pastilla, que está siendo analizada en el Instituto de Toxicología de Sevilla.
06 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.El director del Instituto Nacional de Toxicología, José Cabrera, cree que el fallecimiento de los jóvenes de Málaga pudo deberse a haber ingerido éxtasis en «una dosis tóxica mayor de la habitual, porque las pastillas que se venden en el mercado europeo son cada vez más puras», o bien porque las pastillas consumidas estuvieran «cortadas con alguna otra sustancia estimulante». Cabrera explicó los efectos de estas pastillas: «Tras ingerirse comienza a subir la temperatura corporal, las pulsaciones cardiacas, la respiración y la tensión arterial. El corazón puede llegar a tener 200 pulsaciones y fracasa todo el metabolismo». Los servicios sanitarios que atendieron a los jóvenes aseguraban ayer que tenían los órganos tan colapsados que fueron incapaces de realizarles transfusiones de sangre u otros tratamientos. El padre de Iván García, el primero en morir, encontró una bolsita con una pastilla entre las ropas de su hijo. Manuel Repetto, director del Instituto de Toxicología de Sevilla, centro en el que se encuentra la muestra, afirmó que la sustancia «parece ser» un derivado anfetamínico «tipo éxtasis», pero no se sabrá si estaba adulterada hasta que concluyan los análisis, dentro de un mes y medio. Aclaró, además, que con la ingestión de una sola cápsula de este tipo «a menos que la persona esté débil no muere, pero con varias sí», y advirtió que «en modo alguno necesita algún adulterante» este tipo de sustancias «de diseño o sintéticas» para tener efectos mortales. En cuanto a Joaquín Barragán, el segundo muchacho fallecido, los forenses no han hallado restos de droga durante la autopsia, aunque lo achacaron al tiempo transcurrido desde la ingestión. El juez del caso decidió posponer la cremación del cadáver en espera del resultado de nuevas pruebas toxicológicas sobre muestras de tejidos del cuerpo. Los padres del joven denunciaron que cuando su hijo sufrió un desmayo no había nadie para atenderle.