Los violines y las guitarras eléctricas del grupo Mago de Oz se dan la mano en el concierto que ofrece la banda, a las 23.00 horas, en Alcalá de Henares
27 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Es habitual encontrar en las canciones de Mago de Oz melodías en las que se mezclan guitarras eléctricas con el sonido de un violín. Todos los discos y en especial los dos últimos poseen un especial gusto por la música de otros tiempos, y se les ha llegado a describir como un grupo de Ópera Rock (su actual cantante, José, era profesor de una escuela de canto y es capaz de elevar su peculiar voz hasta límites insospechados). Mago de Oz también tiene su punto reivindicativo, aunque ellos beben más de los grupos de la generación de los ochenta y prefieren cierto grado de metaforización a la hora de poner las cartas sobre la mesa. Aunque ignorados por los grandes medios de comunicación -algo que en su día ya sufrieron durante años Extremoduro- son una de las bandas más comerciales del metal hispano contemporáneo, llegando incluso con Finis Terra al disco de oro. Y todo eso sin asomarse en exceso por los puestos altos de las listas oficiales de venta: si alguien fuera capaz de explicar tan curioso fenómeno que escapa a la ola de Operación Triunfo... Pero lejos del heavy, el éxito de Mago de Oz es su vuelta a las raíces del folk tradicional, considerado por los críticos como un canto a la música celta con reminiscencias de la Santa Compaña y el Santo Grial. Los mitos y leyendas del medievo sirven de inspiración a esta banda, que esta noche, a partir de las 23.00 horas, actúa en Alcalá de Henares, en uno de los conciertos más esperados de las fiestas patronales de esta localidad madrileña. Una cita rockera que marca un punto de inflexión en el programa, que tiene en los encierros en plato fuerte de estos días.