HEMEROTECA Manuel Leguineche descubre a los «topos» del franquismo

Carlos Fernández REDACCIÓN

ESPAÑA

BALLESTEROS

04 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Aunque Franco dijo el 1 de abril de 1939, en su parte de la victoria, que la guerra había terminado, lo cierto es que se prolongó penalmente hasta el 1 de abril de 1969, cuando se promulgó un decreto de la Jefatura del Estado por el que se extinguían las responsabilidades de cualquier tipo dimanantes de la contienda bélica. Fue entonces el momento aprovechado por los «topos» para salir de sus madrigueras. Unos topos humanos que en su mayoría eran alcaldes, militantes de partidos políticos o sindicatos, que tenían miedo de que Franco les fusilase en cuanto hubiesen dado señales de vida. Manuel Leguineche y Jesús Torbado lograron reunir 24 casos de personas que vivieron como si estuviesen enterrados. En la presentación del libro en Madrid estuvieron algunos de ellos, como Eulogio de Vega (Valladolid), Juan Caballero (Málaga) y Pedro Gimeno (Benidorm). El libro tuvo varias ediciones y es un ejemplo de crónica histórica directa.