María Ángeles Feliu declaró en el juicio sobre su rapto en presencia de los acusados Relató los detalles inhumanos de su secuestro y miró de manera desafiante a sus captores
04 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.María Angeles Feliu relató durante casi tres horas, con entereza, memoria y en presencia de sus secuestradores, el largo cautiverio que padeció y destacó que no tuvo «miedo a morir, sino al sufrimiento». Feliu, al entrar en la sala de vistas de la Audiencia de Gerona donde se juzga a sus ocho presuntos secuestradores, se atrevió a lanzar una mirada desafiante a los acusados y de espaldas a ellos detalló las inhumanas condiciones en las que sobrevivió en un pequeño zulo 492 días. Respecto a Sebastián Comas, al que conoció como Iñaki y al que nunca vio la cara, la farmacéutica dijo que no es víctima del Síndrome de Estocolmo, aunque puntualizó que era consciente de que «dependía» de él y llegó a sufrir por si los otros secuestradores le hacían daño. En un relato desgarrador, la mujer explicó cómo se la llevaron del garaje de su casa el 20 de noviembre de 1992. Ella pensó que se trataba de un robo y les ofreció las 150.000 pesetas de la recaudación de la farmacia que llevaba encima pero los secuestradores le dijeron que «no eran unos chorizos». Desde el principio, sólo pensó en que quería estar con sus hijos y llegó a creer que «quizás, me tirarán por un precipicio». Estuvo estirada siete semanas sobre un colchón húmedo evitando tocar las paredes, porque le hicieron creer que estaban llenas de trampas. También relató que estuvo a oscuras cuatro meses y tardó un año en tener luz eléctrica. Aseguró que tuvo miedo de sus secuestradores porque le dijeron que eran de ETA y que cada tres semanas le cortarían un dedo, e incluso temió ser violada. «Rezaba la Salve y el Padrenuestro», dijo, y se tuvo que contentar con escribir sus vivencias en hojas de papel y en una libreta de color naranja que desearía recuperar.