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Un hombre mata a su hija de siete años y después se suicida

La Voz M. S. P. | MADRID

ESPAÑA

Estaba separado de la madre de la niña y tenía las visitas restringidas El agresor sufría una depresión desde hace tres años, cuando se rompió su matrimonio

25 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Un hombre, Felipe Rascón, asesinó la noche del jueves a su hija de siete años, Andrea, de dos disparos de revólver en su domicilio de la localidad serrana madrileña de Arroyomolinos. El parricida, tras matar a su perro, se suicidó con el mismo arma. Los hechos tuvieron lugar sobre las once de la noche del jueves, en una vivienda unifamiliar ubicada en el número 53 de la calle Toledo de Arroyomolinos (localidad cercana a El Escorial). Se trata de la casa en la que el hombre, de unos 40 años de edad y de profesión taxista, vivía solo desde que hace tres años, cuando se separó de la madre de la pequeña. Esa misma tarde, la asistente social había llevado a la niña al domicilio de su padre, como en otras ocasiones. Por orden judicial, el progenitor tenía restringidas las visitas de la menor y debía devolver a la niña a su madre esa misma noche. La asistente, minutos después, acudió a la casa de la hermana del presunto asesino para notificarle oficialmente que la niña se encontraba con su padre, ya que, según dispuso el juez, la hermana, que vive a escasos metros, debía supervisar el trato del parricida con la pequeña. Poco después de que Andrea quedara al cuidado de su padre, Felipe Rascón debió asesinar a su hija, según las estimaciones de los forenses. Los vecinos no oyeron ninguno de los disparos. Fue la madre de la niña la que, ya entrada la noche, se desplazó hasta la casa de su ex marido alarmada porque ninguna persona le había devuelto a la menor. Cuando llegó a la casa, nadie respondió a sus llamadas. La mujer acudió entonces a la cercana vivienda de la hermana del taxista, para que ésta le abriera la puerta. Las dos mujeres se encontraron de bruces con los cuerpos sin vida del parricida, la niña, que recibió dos disparos, y el animal. Todos los cadáveres se encontraban en la misma habitación. Cerca de la mano derecha de Rascón se hallaba el revólver. Agentes de la policía judicial del instituto armado se hicieron cargo de las investigaciones a la búsqueda de huellas para descartar, sin género de dudas, que el autor de todos los disparos fue el progenitor de la menor. En tratamiento psiquiátrico Varios vecinos desvelaron que el agresor, que mantenía una «muy buena relación con su hija», se encontraba, no obstante, bajo tratamiento psiquiátrico por depresión desde que se había separado de su ex mujer. La madre de la niña, víctima de un ataque histérico, tuvo que ser ingresada en un centro hospitalario. Fuentes de la investigación desvelaron que todos los indicios apuntan a que el móvil del homicidio fue un arrebato pasional para, con la muerte de la niña, «vengarse» de su ex compañera.