Los extranjeros no entienden eso de que un presidente de gobierno gane las elecciones por mayoría absoluta y se marche voluntariamente sin que la ley se lo exija. Otros, por continuar, hasta cambiaron la Constitución de su país, léase Carlos Menem o Alberto Fujimori .
07 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.A propósito del asunto, el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper , hombre dotado de un gran sentido de humor, explica a La Voz cómo en una cumbre iberoamericana les dijo a los entonces presidentes de Argentina y Perú: «Vosotros dos tenéis vidas paralelas porque ambos gobernásteis, ambos cambiásteis la Constitución. Ambos habéis sido reelegidos y los dos habéis echado a la mujer de casa». «Sin duda esto último lo más difícil», replicó Fujimori. Ahora los que están fuera de casa son ellos. Fujimori refugiado en Japón y Menem amargado en Chile mientras sus ex esposas siguen en Lima y en Buenos Aires. Los extranjeros no comprenden la marcha de Aznar y dicho sea de paso los españoles tampoco, y menos que pueda elegir a solas y a dedo al sucesor. Solo lo entienden los mejicanos porque como dice José Victor U. , alto directivo de una multinacional en España, este país se parece cada vez más al suyo por lo del control de los medios de comunicación y ahora por lo del dedazo . En la democracia española lo del dedazo siempre salió mal: Felipe González con Almunia . Santiago Carrillo con Gerardo Iglesias y se ve venir lo de Pujol con Artur Mas . Solo Fraga acertó con Aznar pero porque se lo pidieron colectivamente, ya que él pensaba nombrar a Isabel Tocino . Los aspirantes a sucesor, a la espera del dedazo, viven como si estuvieran jugando su futuro a la ruleta rusa. Pero no sólo los presidenciables. Un alto cargo del gobierno autonómico de Murcia confesaba a La Voz su ansiedad, que es la de miles de militantes distinguidos: «Vas a la sede del partido en Génova y no sabes si hacerte amigo de Rato , de Rajoy , de Mayor Oreja , y ahora de Alberto o de Zaplana . A ver si termina esto pronto». Lo mismo le pasa a la legión de empresarios, amigos ventajistas y conspiradores de esos que abundan en Madrid y se multiplican en las vísperas de cambio presidencial tratando de comer con Rato y de cenar con Ruiz Gallardón . Un empresario serio que los últimos 15 días consiguió el doblete porque es amigo de ambos aspirantes relata hasta dónde pudo saber cómo lo viven íntimamente. De su narración se obtienen dos conclusiones, la primera inquietante, estremecedora: ambos están convencidos de ser el tapado, así que el disgusto está servido en su casa o en otra. La segunda conclusión es que todos saben que si cometen un error en estas semanas decisivas, caen. Rodrigo Rato maneja la hipótesis de que en pocos días Aznar soltará otro nombre en la pasarela presidencial y que probablemente sea una mujer con alto cargo institucional. Será que Aznar quiere entretenernos este verano con esa fácil quiniela: fenecida electoralmente Esperanza Aguirre solo se divisan dos, la consejera europea Loyola de Palacio y la presidenta del Congreso Luisa Fernanda Rudi . Lo cierto es que pasado el tramite del 25-M con esa especie de empate técnico entre socialistas y populares y con el desafío vasco siempre presente, el Madrid de los cenáculos hierve en quinielas. No hay encuentro en el que no se pronuncie alguna de estas frases o equivalentes: «A Rato se le ve muy relajado desde hace dos semanas». «Me aseguran que Ruiz Gallardón está eufórico». «Mayor Oreja sigue desaparecido». «No descartéis nunca a Mariano Rajoy». «Ojo que Aznar es capaz de otro golpe de efecto ahora que está recuperado». Todas estas imágenes tienen una base: Rato está relajado porque cree ser el tapado. Alberto eufórico porque está seguro de ser la mejor apuesta. Rajoy callado pero siempre ahí, dando la cara en el Prestige y en la guerra cuando otros se pasaron a la clandestinidad y eso siempre es un mérito. Mayor Oreja desaparecido porque parece que perderse esa votación decisiva del Parlamento vasco fue como llegar tarde a su propia cita con la historia. Y Aznar seguramente soñando con un golpe de efecto para seguir siempre él mismo siendo el protagonista. Ya pensó en Acebes , pero las encuestas le dicen que Acebes es magnífico de nuevo para alcalde de Avila. Y acaso pensó en una mujer, pero hoy mismo ni Loyola ni la presidenta del Congreso generarían entusiasmos. La pena para él es haber tomado aquel compromiso de estar sólo ocho años en el poder que en realidad nadie le pedía. Así que en el verano cruce de apuestas garantizadas y prensa del corazón presidencial. Y en otoño dedazo vestido de convención o algo así y probablemente congreso del Partido Socialista. Zapatero ya podría convocar uno ordinario y se diría que le conviene, porque necesita un revitalizante de imagen y alguna cirugía estética en su entorno. «A Zapatero se le ve siempre muy solo», dice a La Voz un periodista del equipo de portavoces de la Junta de Andalucía. Claro que los socialistas en Andalucía ya tienen suficiente preocupación, aunque sacaron 10 puntos más que el PP, con eso de que perdieron en todas las grandes ciudades excepto en Sevilla y Dos Hermanas. Se aguantan por las ciudades medias y con el voto rural, pero eso sólo garantiza una brecha de voto que hoy por hoy sólo Chaves es capaz de neutralizar y ya veremos si Zapatero lo consigue.