Tres muertos tras inhalar un gas tóxico en un pozo en Ciudad Real

Juan Vicente Muñoz CIUDAD REAL

ESPAÑA

El suceso comenzó al descender un electricista para recuperar un móvil El subdelegado del Gobierno relaciona el caso con la actividad volcánica de la zona

28 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

La inhalación de un gas tóxico fue la causa de la muerte de tres personas en el interior de un pozo situado a las afueras de Piedrabuena (Ciudad Real). Los cadáveres fueron rescatados en la mañana de ayer después de desaparecer en el interior de la fosa en la noche del pasado domingo. El suceso ocurrió en un chalet del paraje de la Tabla de la Yedra, después de que sus propietarios llamasen a un electricista para arreglar una avería que impedía el funcionamiento de la bomba de agua de un pozo. Completado el trabajo, el electricista, Enrique Juan Poblete, de 41 años de edad, se introdujo en su interior para recuperar un objeto -un teléfono móvil, según algunos testigos y una pieza de la bomba de extracción, según otros- pero no volvió a salir. Alarmada, la propietaria de la vivienda, María Luisa Plaza Sierra, de 41 años, bajó al pozo, de cinco metros de profundidad y uno de diámetro, en busca del electricista, pero corrió la misma suerte. Poco después el cuñado de la mujer, José Luis Poy, de 32 años, descendió al mismo lugar para rescatarlos, pero quedó igualmente atrapado en su interior. Ante esta situación, el dueño del chalet, Ramón Dámaso Muñoz Rubio, de 45 años, intentó auxiliarlos y descendió al pozo con una cuerda atada al cuerpo, una medida de precaución que le salvó la vida, ya que los vecinos que se encontraban en las inmediaciones y que escucharon gritos de socorro pudieron tirar de ella, sacarlo en estado inconsciente y reanimarlo antes de que llegaran los bomberos y la Guardia Civil. No obstante, el propietario de la vivienda resultó herido grave. Curiosamente, los propietarios del pozo iban a realizar un nuevo sondeo en la parcela. El subdelegado del Gobierno, Jaime Lobo, indicó que no se descarta la hipótesis de que el gas tóxico del subsuelo esté relacionado con la actividad volcánica de la zona, por el mismo efecto que provocó hace tres años una erupción de gas, agua y arena que se prolongó varios meses en Granátula de Calatrava (Ciudad Real).