Jugadores en las mesas y cartas repartidas. Rajoy y Zapatero en la central. Rodeándola, la mesa madrileña, la catalana, la andaluza y la vasca. Ahí no hay votación inmediata -el referéndum de Ibarretxe va para largo- pero se juega permanentemente y con destellos de ruleta rusa. El resto de autonomías necesitará una catástrofe espectacular para llamar la atención en este curso. Empieza la partida simultánea. Faltaba un jugador crucial por identificar pero Aznar lo señaló con el dedo. «Te ha tocado Mariano», le dijo textualmente. Madrid arranca primero, el 26 de Octubre. El candidato socialista, Simancas , cada vez más parece un chico del hospicio. Nadie en la dirigencia de su partido le arropa por el momento. Solo si triunfa inesperadamente se le rescatará para el futuro. De lo contrario tendrá que ceder su silla a otro jugador. Mientras, se filtra el documento que pactaron en 1996 Partido Popular y Comisiones Obreras para controlar Caja Madrid. Eran los tiempos de la pinza contra el PSOE pactada por Anguita y Aznar en casa de Pedro J. Ramirez . El destino cruel quiso que 7 años después, Julio, hijo de Anguita, muriera en una guerra que apoyó Aznar a la que fue como enviado especial del periódico de Pedro J. Pero aunque las pinzas acaben, los documentos y los pactos quedan. Por eso CC.OO. de Madrid, y de paso Izquierda Unida, se niegan estos días a pactar con el PSOE el control de Caja Madrid. Hasta esa filtración no se entendía la negativa. En Cataluña Maragall encabeza las encuestas seguido de cerca por Artur Mas , el hereu de Pujol . En la mesa catalana, Piqué quiere decidir. Pero quien decidirá, porque sube espectacularmente entre los jóvenes, es Esquerra Republicana de Catalunya. Tiene una gran marca, histórica, limpia de escándalos, probablemente porque no ha gobernado. Oriol Pujol , el único de los siete hijos del President que es político en activo y candidato, comenta a La Voz su estupor: «Que alguien me explique porqué sube y sube Esquerra en las encuestas porque yo no lo entiendo. ¿Qué han hecho desde las municipales? Nada. Solo arriar la bandera española de la Diputación de Girona. ¿Qué le parece?». Aventuramos un taco. «Exacto. Cojonadas. Es decir nada. Y no paran de subir», remata preocupado. La incógnita es máxima porque Esquerra tanto puede dar la Generalitat a socialistas como a convergentes. Y eso sería muy distinto para Cataluña -cambio o continuidad- y para el juego en la mesa central desde la que Rajoy y Zapatero observan. En Andalucía los candidatos luchan por salir en los noticiarios porque la crónica de sucesos - con la identificación del presunto asesino de la Costa del Sol- domina abrumadoramente el panorama informativo. La Guardia Civil tambien ve la serie C.S.I ., y quiere ofrecer un buen capítulo de policía científica y forenses. Tienen pocos medios y una ley que incomprensiblemente no permite un banco de datos genéticos pero Dios los vino a ver con una colilla en el lugar del crimen. El público, atemorizado y estremecido, le da cinco veces más audiencia al serial malagueño que a la renovación de la Junta. En la partida andaluza comparecen también Izquierda Unida y los nacionalistas, ahora divididos. Y todavía de pie Manuel Pimentel con su proyecto de centro que disgusta tanto a derecha como a izquierda. El PSOE espera continuar porque Andalucía sigue creciendo un poco más que la media española y Chaves es mejor candidato que Teófila Martínez , salvo cuando va de alcaldesa de Cádiz y arrolla. Pero cualquier partida siempre está abierta hasta que termina. El contencioso vasco ha dado un giro con la presencia inesperada del Lehendakari en un acto para conmemorar la Constitución. Saludo breve al Rey, veinte segundos de conversación con Aznar y explicaciones en privado en Euskadi, una de ellas captada por una cámara: «Fue muy duro para mí lo de ir a Madrid. Pero hay que hacerlo si queremos ganar», confiesa Ibarretxe. Los de Herri Batasuna le dicen en Deia , diario del PNV, que «su gesto raya en la indecencia». Isabel San Sebastián asegura que «Ibarretxe fue al Palacio Real a pescar votos moderados. Y lo triste es que muchos pican». Fue un gesto de los que hacen la política atractiva, por su riesgo. Vale sólo para ganar tiempo y da una pista: muy apurado tiene que estar con su plan de «secesión a la portorriqueña», ante empresarios y votantes temerosos de desafíos constitucionales, como para acudir a ese acto que no era la onomástica del Rey, ni algo poco relevante, ni es un momento cualquiera: está abierto el proceso electoral interno del PNV para sustituir a Xabier Arzálluz después de un cuarto de siglo de poder absoluto. En el País Vasco, partida abierta por tanto, pero no de final apresurado como parecía este verano cuando saltaron las alarmas porque el propio Ibarretxe amagaba con unas elecciones anticipadas para dar un paso más hacia la segregación. Y por último, la mesa central. Esta semana - negra para Aznar porque Chirac y Schroeder lo han devuelto al «rincón de la historia» del que quiso salir mediante foto en las Azores- Zapatero parece recuperarse algo atacando en dos puntos débiles de este Gobierno: la especulación del suelo con el disparatado precio de la vivienda y la marcha de la Justicia que incide en la cada vez más agobiante inseguridad ciudadana. El pacto por la Justicia del PSOE y el PP se romperá el martes si no se reúne la Comisión de Seguimiento, que para eso está, por cierto. Así que la partida central también ha comenzado. Nicolás Sartorius , un moderado curtido en mil batallas, confiesa a La Voz en treinta segundos su escepticismo: «¿Rajoy distinto a Aznar? Hasta que gane las elecciones, Rajoy no existe. Si necesita pactar, durará dos años. Sólo si saca mayoría absoluta sabremos cómo es Rajoy de verdad. Pero la experiencia dice que todos los que consiguen la absoluta terminan convirtiendose en unos cabrones. Sin excepción». Si Sartorius habla así, imagínense cómo hierve Madrid camino de las elecciones.