No se lo pierda | Concierto de Chavela Vargas Psicoanálisis, sexo, timidez, miedo e ironía se entrecruzan en esta obra protagonizada por un clásico del norteamericano, el antihéroe
22 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.«La diferencia entre la muerte y el sexo es que la muerte es algo que puede hacer uno solo y sin que nadie se ría después de tí». Tímido, agudo, irónico, genial. Así es Woody Allen. El versátil actor, director, autor y músico desembarca hoy en el Teatro Arlequín con Sueños de un seductor. Además de suponer la oportunidad de disfrutar de Allen en todo su esplendor, permite conocer esta obra en su versión original, pues fue ideada para los escenarios y se titulaba Vuelve a tocarla Sam. En ella interpretaba el personaje principal, Alan Fix, y Diane Keaton le daba la réplica con el personaje de Linda Christie. Posteriormente los propios actores la llevaron a la gran pantalla bajo el título de Sueños de un seductor, sin apenas ninguna variación en la trama. En esta pieza se pueden encontrar todos los temas preferidos del autor: el psicoanálisis, el sexo, la timidez, el miedo, el sentimentalismo, la risa, la ironía... y ante todo ese personaje que le catapultó a la fama: el antihéroe. La acción comienza cuando Fix, crítico de una revista cinematográfica se divorcia de su mujer. Este hecho viene a agravar su carácter neurótico. Ante esta situación, la pareja formada por Dick y Linda acuden en su ayuda. Lo que comienza como una historia amistosa acaba como romance ente Allan y Linda. Ante el sentimiento de culpabilidad del primero, un imaginario Humphrey Bogart intenta aconsejarle acerca de su comportamiento a partir de ese momento. Fele Martínez, que protagoniza la última película de Pedro Almodóvar, La mala educación, se estrena en el teatro con esta versión dirigida por David Ottone. El actor alicantino ha decidido dar al personaje su propio toque y carácter sin que pueda dar lugar a odiosas comparaciones. Pero mantiene las gafas.