El fallecimiento del padre de uno de los cuatro imputados por el asesinato en 1995 de Juan Holgado -hijo de Francisco Holgado, conocido como padre coraje- obligó a posponer ayer (una vez más y son ya tres) la celebración del nuevo juicio ordenado por el Tribunal Supremo. Apenas tres horas duró el intento de activar la maquinaria jurídica que dilucidará si los acusados que se sientan en el banquillo de la Audiencia de Cádiz participaron o no en el asesinato en la gasolinera en la que Juan trabaja en Jerez de la Frontera. Ya con los cuatro procesados presentes, comenzó la audición de las cintas grabadas por el padre coraje durante la investigación que él mismo emprendió bajo disfraz y simulando otra identidad para mezclarse en ambientes marginales de Jerez y tratar así de identificar a los autores del asesinato. Uno de los registros recoge una conversación mantenida con el imputado Pedro Asencio, en el que éste se exculpaba del crimen: «Yo a un chaval así no le quito la vida, y menos con esa tortura», refiriéndose a las 32 puñaladas que recibió Juan. Asencio inculpa a otro de los acusados, Francisco Escalante: «No me fío de él, no digo que haya participado, pero sabe algo o se quedó en el coche y vio toda la movida o algo». «Las cintas -según explicó el abogado de la familia, José Miguel Ayllón- se escuchan claramente», aunque reconoció que su importancia se verá más adelante, cuando se entre a debatir sobre su contenido. Sin embargo, agregó, «ya se van viendo algunos datos sobre lo que pasó que inducen a pensar en una culpabilidad». A las 13.15 horas, el presidente de la sala suspendió el juicio por la muerte del padre del imputado Manuel Sañudo.