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La fiscalía pide el procesamiento de un príncipe saudí por narcotráfico y blanqueo

Julio Á. Fariñas REDACCIÓN

ESPAÑA

Está acusado de transportar más de 2.000 kilos de cocaína en su avión privado de Venezuela a Europa La investigación baraja la hipótesis de que el dinero era para financiar a terroristas islámicos

20 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El teniente fiscal antidroga de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, acaba de pedir al juez Baltasar Garzón el procesamiento del príncipe saudí Nayef Bin Fawwaz el Shaalan y otras 17 personas a las que acusa de blanqueo de dinero del Cartel del Medellín y de tráfico de cocaína. De los 18 imputados, el único preso hasta la fecha en España es el broker catalán José María Clemente Marcet, detenido en Barcelona hace ahora un año y que aparece en los documentos de la investigación como uno de los supuestos cerebros de una de las mayores tramas de blanqueo de dinero descubierta en Europa. Los responsables de esta investigación, que también tiene ramificaciones en Suiza y Estados Unidos, están convencidos de que el dinero que iba a obtener el príncipe saudí por transportar en su Boeing particular 2.000 kilos de cocaína desde Caracas a París, con escala previa en Djedda (Arabia Saudí), tenía como destino la financiación de grupos terroristas islámicos. Sin embargo, aún carecen de los indicios necesarios para formular cargos contra él por este delito, a pesar de los denodados esfuerzos de los servicios secretos americanos. Blanqueo La historia, según el relato que recoge la petición fiscal de procesamiento, comienza en el año 1995 cuando el catalán José María Clemente Marcet entra en contacto con el gerente de una sociedad de inversiones de Medellín, llamada Multivalores, que se dedicaba al blanqueo de dinero del narcotráfico. En uno de estos contactos el broker catalán conoció a dos cualificados miembros del cartel de Medellín -Juan Gabriel Usuga Noreña y Óscar Eduardo Campuzano Zapata- quienes le entregaron unos cincuenta millones de dólares para invertirlos fuera de Colombia. Para llevar a cabo estas inversiones, Clemente Marcet utilizó sociedades instrumentales radicadas en Delaware (EE.UU.), Suiza y Andorra. Los beneficios de estas operaciones retornaban a los colombianos mediante transferencias efectuadas desde Andorra a cuentas bancarias radicadas en Florida o a través de cheques remitidos por paquete postal con nombre supuesto. La destinataria formal de los mismos era Margarita Carmona Rubio, esposa de Usuga Noreña. Una sofisticada red Cuando la red de blanqueo estaba ya montada y funcionando a la perfección, siete de los ahora imputados pusieron en marcha una sofisticada operación de tráfico de cocaína en la que jugó un papel clave el príncipe saudí Nayef Bin Fawwaz el Shaalan, casado con una hija del hermano del heredero al trono de Arabia Saudí, Abdullah Bin Abdul Aziz. La trama se fraguó en varias reuniones celebradas en Marbella, Riad, Aruba y Miami. En principio, barajaron Nueva York como destino de la droga pero al final optaron por enviarla a Europa. El transporte de la cocaina se llevó a cabo el 13 de mayo de 1999, en el Boeing 727 VP BNA del príncipe Nayef, que salió del aeropuerto de Maqueitía (Caracas) con la familia del príncipe y 150 maletas llenas de droga. El avión aterrizó en el aeropuerto parisino de Le Bourget en la madrugada del día 16 de ese mismo mes tras hacer escala en Djedda (Arabia Saudita). La droga fue descargada y ocultada en París por hombres de la organización colombaiana. Una parte de ese alijo -220 kilos- fueron intervenidos el 30 de mayo, en una furgoneta matrícula de Barcelona, cuando sus ocupantes se disponían a cruzar la frontera de La Junquera. Cinco días más tarde la policía francesa se incautó de otros 804 kilos en un almacén de la periferia de París.