Josu Jon Imaz y Joseba Egibar mantienen en todo lo alto la pugna por el control de la nueva dirección del PNV. Tras el apretado triunfo del primero sobre el segundo, en el proceso interno que permitirá a Imaz ser investido nuevo presidente del partido -en sustitución de Xabier Arzalluz el próximo fin de semana-, la lucha en el seno de la formación nacionalista se centra ahora en el control de su ejecutiva, el Euskadi Buru Batzar (EBB). Así, ayer se reunieron las asambleas regionales de Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra y las votaciones confirmaron el virtual empate técnico entre los dos sectores que intentan controlar el EBB. En Vizcaya, los 215 delegados designaron a los ocho candidatos de la plancha de Josu Jon Imaz. Cuatro de ellos fueron elegidos por mayoría en una primera ronda, mientras que los otros salieron de una segunda votación. En Guipúzcoa, los 170 compromisarios se inclinaron por la plancha avalada por Joseba Egibar. En dos vueltas, fueron designados, entre otros, Juan Luis Laskurain, Emilio Goia y Aitor Maruri. Ya por la tarde, la asamblea regional de Navarra dio su apoyo a seis de los ocho nombres propuestos por Imaz para convertirse en miembros no natos del Euskadi Buru Batzar y a otros dos de los presentados por Egibar. Navarra El voto de Navarra a los seis primeros nombres -sumado al que por la mañana recibió la candidatura de Imaz al completo en Vizcaya- da mayoría absoluta a esta parte de la lista en la asamblea general del día 31 de enero. En cuanto a los dos candidatos de Egibar, apoyados por Guipúzcoa, necesitarán sumar los apoyos de otros territorios para acceder al EBB. La asamblea regional de Álava tendrá lugar el próximo jueves. De la lista de Egibar, han sido elegidos en Navarra Gorka Agirre y Markel Olano, y de la lista de Imaz, Josune Ariztondo, José Antonio Rubalkaba, Joseba Aurrekoetxea, José María Salbidegoitia, Gema González de Txabarri y Manuel Allende. Desde el PNV en Navarra no se quiso facilitar los votos con los que contó cada nombre, ni tampoco se quiso hablar de dos listas alternativas, sino de candidaturas abiertas. La asamblea regional de Álava podría ser la clave para dilucidar la correlación de fuerzas entre ambos sectores que pugnan por el control de la dirección del PNV.