No se lo pierda | Magia Aunque ha desaparecido del medio televisivo, este madrileño continúa desplegando su batería de trucos, ahora en salas de pequeño y mediano tamaño
19 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Aunque hace mucho que su aspecto estrafalario ya no asoma por la televisión, Juan Tamariz (Madrid, 1943) continúa tocando ese violín imaginario con el que remata todos sus trucos. Desnudo de artilugios y demás abalorios técnicos, sus espectáculos de magia y diversión siguen encantando a las masas, en especial a los sectores más juveniles. Su campo de acción son ahora los pequeños y medianos recintos, como la Galileo Galilei, donde actúa esta noche, a las 21.30 horas, por un precio de 10 euros. También se le puede ver todos los viernes, hasta el próximo 13 de febrero, en la sala de fiestas del Casino de Madrid, a partir de la una de la madrugada. Su pinta no ha cambiado desde que era un fenómeno mediático. Su chistera, sus chalecos y su melena desarreglada contribuyen a dibujar ese porte de mago loco que fascina al público. Él, en realidad, iba para físico y después para director de cine, sin embargo, su faceta cómica y su habilidad con la baraja de póker le llevaron pronto a hacer carrera como mago, en la que ya había hecho varios pinitos. Uno de los primeros que vaticinaron su éxito fue Chicho Ibáñez Serrador, director de Un, dos, tres... , programa en el que actuaba dando vida a Don Estrecho. Su papel entonces era humorístico, aunque tras las grabaciones se quedaba entre bastidores encandilando a todo el equipo con sus trucos. Años más tarde, en la etapa de Mayra Gómez-Kemp de presentadora, regresó al espacio, pero ya como mago. Juan Tamariz pertenece a la generación de los sesentas de la Escuela de Magia de Madrid y confiesa que sus grandes maestros han sido Juan Antón, Arturo de Ascanio y Frakson. En su casi medio siglo de trayectoria, ha escrito más de veinte libros y ha recorrido medio mundo para dar cursillos y conferencias en congresos.