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Emotiva despedida del primer guardia civil muerto en Irak

C. Calvar MADRID

ESPAÑA

ÁNGEL DÍAZ

Rajoy, Zapatero y Llamazares acompañaron a la familia en el funeral

05 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El rostro de María Luisa Fernández, la viuda del comandante Gonzalo Pérez García, se desencajó cuando la banda de música de la Guardia Civil entonó el himno con que los militares despiden a los compañeros muertos en acto de servicio. Conocía su significado porque lo había escuchado junto a su marido en homenajes a otros guardias caídos; Gonzalo había estado destinado en Guipúzcoa en los años más duros del terrorismo de ETA. Por eso cuando sonaron las primeras notas de La muerte no es el final se cubrió los ojos con las manos y lloró amargamente. Después, rodeó con su brazo a una de sus hijas, la atrajo hacia sí e intentó consolara con besos y frases cariñosas al oído. Fue el momento más agrio de un funeral muy emotivo, celebrado a mediodía en el patio de armas de la Dirección General de la Guardia Civil y con el que el cuerpo despidió al primero de sus agentes caído en Irak. Junto a la familia estuvieron, entre otros, José María Aznar, le impuso a título póstumo la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo y la Cruz de Oro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil; los ministros de Defensa e Interior; Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares, y la cúpula militar y de la Guardia Civil y la Policía Nacional. El arzobispo castrense, Francisco Pérez González animó a los miembros del instituto armado a «seguir el ejemplo de Gonzalo», como «valientes defensores de la paz y la libertad». El cuerpo de Gonzalo Pérez García fue trasladado hasta la localidad toledana de Navahermosa para ser enterrado.