Madrid, Madrid, Madrid La Casa natal de Cervantes en Alcalá de Henares exhibe viejas ediciones de la obra
08 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.El cuatrocientos aniversario de El Quijote todavía no ha comenzado pero viene precedido de interesantes aperitivos culturales. Una selección de las ediciones más bellas y singulares de la obra cumbre de Cervantes, adquiridas este año por la biblioteca Joaquín Leguina de la Comunidad de Madrid, se exhiben en el Museo Casa Natal de Cervantes, en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. Destacan las del siglo XVII, sobre todo las de Jerome David y Jacques Laignet, cuyas imágenes, fechadas hacia 1650, marcan el primer esfuerzo importante por representar la historia de don Quijote. También cabe resaltar una edición con imágenes de Frederick Bouttats, notable grabador y pintor flamenco. Del siglo XVIII se presenta la obra de John Vanderbank, en la edición inglesa de Jonson de 1742, que ofrece una interpretación distinta de la novela, con un estilo irónico y delicado. De esta centuria son igualmente destacables diversas ediciones que contienen grabados inspirados en cuadros de Charles-Antoine Coypel. En cuanto a obras españolas, la muestra cuenta con un ejemplar de la edición de la Real Academia Española de 1780, realizado por Joaquín Ibarra y en la que trabajaron los principales grabadores de la época; en ella destacan los dibujos de Miguel del Castillo y Antonio Carnicero. Gabriel de Sancha firma una edición de 1797, con dibujos de Rafael Ximeno y Agustín Navarro. De las ediciones españolas destacan la de Montaner y Simón, de 1880-83, con ilustraciones de Ricardo Balaca, sin duda una de las más lujosas llevadas a cabo en España en el siglo XIX; la de F. Seix, de 1898, con ilustraciones de José Moreno Carbonero y Laureano Barrau, y la de Salvador Moreno, de 1882, con ilustraciones de Ramón Puiggarí. Por último, citar la obra de Daniel Urrabieta Vierge, en cuyas láminas se unen, a la exactitud interpretativa, una gran originalidad y una extraordinaria sensibilidad artística. Del siglo XX, la biblioteca Joaquín Leguina ha adquirido un ejemplar de la edición de El Quijote realizada por la casa López Robert de Barcelona con motivo del tercer centenario de su publicación. El volumen está ilustrado por el dibujante José Passos. Además se han comprado otras ediciones representativas de este siglo, como la firmada Luis Jou, uno de los grandes tipógrafos del siglo. En cuanto a autores extranjeros, la selección recoge la edición de París, de 1935, ilustrada por el pintor francés Denis Henri Ponchon, con 60 grabados a color; y la edición francesa de 1985 de 'L'Homme de la Mancha', con 15 litografías originales en color de Raymond Moretti. La Casa Encendida, un centro social y cultural de la Obra Social de Caja madrid dedicado tanto a la cultura de vanguardia como a iniciativas de formación, solidaridad y defensa del medio ambiente, cumplió el pasado tres de diciembre dos años. Este espacio cultural, situado en la madrileña Ronda de Valencia, está celebrando este acontecimiento con unos resultados más que satisfactorios, ya que, según los datos que ha hecho públicos, más de 400.000 personas han visitado sus instalaciones en el 2004 y 120.000 más lo hicieron el primer año de su apertura. A este incremento de un 38% de visitantes se ha unido también un aumento del número de actividades que ha organizado. Este año se han realizado 1.433 actos, un 12% más que el año anterior. Las propuestas vanguardistas y multiculturales, la amplitud de horario y el acceso libre a sus instalaciones, que cuentan con biblioteca, mediateca, hemeroteca y sala de internet, entre otras, son algunos de los factores que han hecho en estos dos años de La Casa Encendida un foro madrileño especialmente utilizado por gente con una edad media de entre 25 y 34 años y que en un 84% de los casos repite visita. Personalidades como Gustavo Martín Garzo, Luisa Castro, Félix Grande, Bernando Atxaga, Lara Almárcegui, Joaquín Araújo, Luis Miguel Domínguez, Ignacio Ramonet o Ali Lmrabet han ofrecido en este último año cursos, talleres, conferencias y mesas refondas, unas actividades que complementan la formación autodidacta que muchos de los usuarios de La Casa Encendida llevan a cabo en sus instalaciones. Iniciativas como ésta demuestran que la cultura interesa a los madrileños.