Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Miembros de Falun Gong denuncian persecución y torturas en China

La Voz EFE | MADRID

ESPAÑA

VÍCTOR LERENA

Simularon en Sol los malos tratos que padecen, de los que responsabilizan a Zemin La secta está prohibida desde 1999 y cuenta con millones de practicantes

08 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Un grupo de practicantes de la organización espiritual Falun Gong denunciaron ayer en Madrid la persecución y las torturas que sufren en China los seguidores de esta enseñanza oriental basada en el ejercicio y la meditación. Los manifestantes colocaron en la céntrica Puerta del Sol de Madrid varios paneles en los que colgaron numerosas fotografías de personas presuntamente torturadas en China por practicar Falun Gong, y desplegaron una gran pancarta para denunciar el «genocidio y la tortura» de la que responsabilizan directamente al ex presidente Jiang Zemin. En las fotografías se ven las lesiones sufridas por personas como consecuencia presuntamente de palizas, de descargas eléctricas, de violaciones o de otras torturas como introducir alfileres de bambú en las uñas de las manos. Durante el acto de protesta varios de los practicantes de esta organización simularon algunas de esas torturas y se encerraron en una pequeña jaula de hierro o permanecieron atados y amordazados a un pequeño banco de madera. El abogado Carlos Iglesias, practicante de la organización, informó de que en España se emprendieron acciones legales contra Zemin por la persecución que sufren en China los seguidores de Falun Gong, y precisó que la denuncia fue desestimada inicialmente por el Juzgado de Instrucción aunque se presentó un recurso ante el Tribunal Supremo. Fundado en 1992 por Li Hongzhi, el Falun Gong combina principios budistas y prácticas de relajación tradicionales con la finalidad de purificar y armonizar el cuerpo y la mente y llegó a reunir a miles de personas en los parques públicos de China antes de su prohibición en el año 1999. En la actualidad la organización cifra en 100 millones el número de practicantes en todo el mundo, 70 de ellos en China, aunque el Gobierno reduce la cifra a 2 millones. Desde su ilegalización, y según sus responsables, más de 50.000 seguidores de esta práctica han sido detenidos, torturados, enviados a campos de trabajo, confinados en psiquiátricos o muertos en extrañas circunstancias cuando se encontraban bajo custodia policial, lo que ha motivado la implicación de organizaciones como Amnistía Internacional.