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Condenan a 142 años de prisión al «asesino de la baraja»

Alejandro Posilio LA VOZ | MADRID

ESPAÑA

La sentencia exonera al Estado y recoge que Galán no tenía patología psiquiátrica alguna El hallazgo de la pistola y la declaración del propio acusado, claves para la condena

09 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

?a Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Alfredo Galán Sotillo, acusado de ser el asesino de la baraja, a 142 años y tres meses de prisión, al considerarle autor de seis homicidios consumados y otros tres en grado de tentativa entre enero y marzo del 2003 en la Comunidad de Madrid. La sentencia, de 42 folios y contra la que cabe interponer recurso de casación, fue comunicada ayer a las partes, y también le obliga a indemnizar a los familiares de los fallecidos y a las tres víctimas heridas con cantidades que suman 773.435 euros, en concepto de daños morales y lesiones. Sin embargo, no considera al Estado responsable civil subsidiario, como habían solicitado alguna de las partes, ya que el acusado no cometió ninguno de estos crímenes en establecimiento del que el Estado sea titular. Los magistrados fijan el tiempo máximo de cumplimiento de la condena en 25 años, y suma a los delitos de asesinato y tentativa los de allanamiento de morada y el de tenencia ilícita de armas. No obstante, acuerda que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación de tercer grado y el cómputo del tiempo para la libertad condicional se refiera a la totalidad de las penas impuestas. Esto es así, resalta la sentencia, «atendiendo al manifiesto desprecio a la vida humana que su conducta ha demostrado y a la alarma social y desasosiego que los hechos produjeron en su momento». La sala también deja la puerta abierta al inicio de un procedimiento contencioso administrativo en el que dilucidar cuestiones relativas a la introducción del arma en España o el estado mental del acusado. Destinado a Galicia La sentencia de la Sección Decimosexta de la Audiencia Provincial considera probado que Alfredo Galán fue militar profesional en la ciudad bosnia de Mostar, donde en el mercado negro adquirió la pistola Tokarev de calibre 7,62 milímetros con la que cometió todos los asesinatos, que igualmente considera probados. A finales de octubre del 2002, y tras regresar a España la unidad Asturias 31, a la que pertenecía, fue destinado a Galicia a fin de limpiar la playa de los vertidos depositados por el Prestige, donde sufrió una reacción de ansiedad y fue ingresado en el hospital Gómez Ulla, donde fue dado de alta al día siguiente de forma voluntaria. Permaneció en baja médica laboral hasta el 4 de marzo del 2003, fecha en que se resolvió su solicitud para poner fin a su compromiso con las Fuerzas Armadas y pasó a la situación de reservista. La sentencia recuerda que, según los forenses que examinaron en su día a Galán, éste no tenía patología psiquiátrica alguna. El 3 de julio del 2003 se entregó a la policía de Puertollano (Ciudad Real) y se inculpó de los crímenes atribuidos al asesino de la baraja, pero semanas más tarde se retractó. El texto reseña que en esta causa concurre la atenuante de haber procedido el culpable, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra él, a confesar la infracción a las autoridades, lo que, según el Tribunal, «ha sido de tal importancia que ha permitido el enjuiciamiento de los hechos y su condena». La abogada del ex militar anunció ayer que recurrirá la sentencia al Tribunal Supremo, mientras que el de la herida en el bar Rojas lo hará porque no se ha considerado al Estado responsable civil.