Acusan por primera vez a Abu Dahdah de ser un activo de la «yihad» mundial

Alfonso Torices MADRID

ESPAÑA

Abu Musab dice que el líder de Al Qaida en España conocía al lugarteniente de Bin Laden El fiscal acusa al procesado de entregar más de 600.000 euros a organizaciones terroristas

27 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El macrojuicio contra la célula española de Al Qaida dio ayer un importante giro cuando uno de los 24 acusados señaló, por primera vez desde que comenzó el proceso, a Imad Eddin Barakat Yardas, Abu Dahdah , el supuesto jefe del grupo, como un islamista radical, seguidor activo y convencido de la yihad ( guerra santa) mundial, el movimiento hoy aglutinado por la red terrorista de Osama Bin Laden. Ghasoub Al Abrash Ghalyoun, Abu Musab , un empresario sirio que vive en España desde hace 25 años, se desmarcó de los testimonios de los tres imputados que le precedieron, incluido el del propio Abu Dahdah. Los tres primeros habían rechazado todas las acusaciones que pesan sobre Barakat Yarkas y le habían descrito como un comerciante musulmán religioso, pero moderado, dialogante y hospitalario, que se relacionaba con todos y que por eso conocía a numerosas personas acusadas de ser dirigentes de Al Qaida sin sospecharlo. Abu Musab, sobre el que pesa la acusación de 62.509 años de cárcel por proporcionar supuestamente al comando que ejecutó el 11-S un vídeo detallado de edificios de Nueva York, comenzó por el mismo camino que sus predecesores, pero, atacado por el fiscal Pedro Rubira, terminó por dar por buenas la mayor parte de las afirmaciones recogidas en las dos declaraciones policiales que realizó en el 2002, tras su detención. Negocios juntos Ghalyoun, que conoce a Abu Dahdah desde 1985 por coincidir con él en la mezquita madrileña de Estrecho y por haber hecho algún negocio juntos, explicó a la policía que el presunto líder de la célula «incitaba» a los creyentes a apoyar la yihad e n Chechenia, Bosnia, Palestina, e incluso en el Afganistán de los talibanes, y que en la mezquita se decía que reclutaba mujahidines y reunía fondos para enviarlos a esos países. En las declaraciones policiales llegó a decir que «los fieles sabían que si querían hacer la yihad tenían que acudir a Barakat Yarkas, que era quien tenía los contactos», pero ayer, en el juicio, bastante nervioso, no quiso llegar tan lejos. El imputado aseguró que Abu Dahdah mantenía una estrecha relación con Mustafá Setmarian, uno de los miembros de la dirección mundial (la Shura) de Al Qaida desde 1988, y por el que el FBI ha ofrecido cinco millones de dólares por una pista que permita su detención. Explicó que hasta que Setmarian abandonó España, en 1995, Barakat Yarkas estaba siempre con él en la mezquita en una actitud «jerárquica inferior», y que el dirigente terrorista mundial, aunque no era un clérigo (ulema), dictaba fatwas (dictámenes jurídicos coránicos) para que los fieles viviesen bajo el Islam más estricto. Seguidor de las «fatwas» Abu Musab también desveló que Abu Dahdah es un incondicional de las enseñanzas y fatwas dictadas por el ulema Omar Mammud Othaman, Abu Qutada, editor en Gran Bretaña de la revista Al Awsar , órgano de expresión del GIA argelino, y considerado por la policía como el máximo referente espiritual en Europa de las organizaciones terroristas islamistas. Ghasoub Al Abrash Ghalyoun se desvinculó en todo momento de las acusaciones del fiscal, negó su pertenencia al grupo de Abu Dahdah o cualquier otra relación con colectivos fundamentalistas o terroristas. Se definió como un musulmán muy poco estricto en su práctica religiosa, lo que le trajo problemas en la mezquita de Estrecho con los más radicales. El fiscal acusa también a Abu Musab de formar parte, junto a su socio en los negocios de construcción, Ghaleb Kalaje, del aparato de financiación de la célula de Al Qaida en España y de haber entregado entre 1996 y 2001 a Abu Dahdah, al comando del 11-S y a diversas organizaciones terroristas internacionales unos 669.744 euros. El procesado lo negó todo y dijo que sus relaciones eran puramente empresariales.