«Un periodista social tiene que tener capacidad para indignarse»

Marina de Miguel LA VOZ | MADRID

ESPAÑA

JUAN LÁZARO

Entrevista | Paula Cons Varela Debido a su experiencia en «Un equipo» y «Caiga quien caiga», esta coruñesa considera clave tener una gran curiosidad para dedicarse a la información de denuncia

03 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando una persona tiene la suerte de hacer lo que le gusta, es capaz de superar la separación de los seres queridos, la soledad que siempre acompaña al recién llegado o el excesivo precio de la vivienda. No es que no existan los obstáculos, sino que al ir bien en una de las facetas de la vida, todo se afronta con más optimismo, se sigue adelante. Esto es lo que le ha ocurrido a la coruñesa Paula Cons Varela, periodista y guionista. - Antes de hacer las maletas, probó suerte en Galicia. -Sí. Estudié en Santiago, donde permanecí hasta hace un año. Inicié mi carrera en el periodismo deportivo e informativo en RNE, y más tarde, en la televisión con Desde Galicia para el mundo , que emite La 2 y el Canal Internaciona l. Allí estuve ocho años. Me vine porque me gusta mucho el periodismo social, de investigación y denuncia televisivo, y no veía que se estuviera llevando a cabo ninguna iniciativa semejante con la que poder ampliar mis conocimientos. - Al margen de la incertidumbre del traslado, vino con ciertas garantías. -Me dieron la oportunidad de trabajar en un programa de Cuatro, Un equip o. Además de gustarme por su contenido social, me parece que es una nueva manera de entender la televisión de denuncia, que no tiene por qué ser aburrida o asustar al espectador. Realicé reportajes que me marcaron bastante, es algo que le ocurre a todos los que hacen este tipo de periodismo. Una vez terminado, al ser de la misma productora, desembarqué en Caiga quien caig a, dentro de la sección Proteste Y a. ? -Tienes que ser una persona muy curiosa. Yo no digo ser buena persona, pero sí que te preocupen las cosas y que tengas capacidad para indignarte. Una persona con un poquito de olfato pasa el día en las calles de Madrid y encuentra miles de temas, porque los ve, los huele y se indigna. -¿Qué sacrificios implicó el traslado? -Realicé una renuncia personal enorme y no la llevas a cabo sólo por un trabajo, ya que no es algo económico. Lo haces porque es una pasión. -¿Le costó adaptarse? - Madrid me parece una ciudad increíble, con muchísimas posibilidades. Si te interesa la cultura y la vida, aquí se cuece todo. Claro que echo de menos el mar o la calidad de vida, porque el tema de la vivienda es kafkiano. Aunque a la vez es muy acogedora, es mestizaje puro. El problema fue en el plano personal, ya que yo tenía mi vida absolutamente montada, con mi pareja y mi casa. -Al menos le va bien. -En caso contrario, no estaría aquí. Fue como una negociación, me senté con mi pareja y en principio decidimos seis meses, y por ahora ya hemos negociado dos años, veremos qué pasa. Además, yo en Galicia me encontré infravalorada, no poco valorada. En algunas empresas de allí, si te notan con ganas de hacer algo, representas un problema que hay que evitar.