Entrevista | Jacobo Beltrán Pedreira De vocación humanista y formación polivante, este lucense enraizado en Madrid desde los nueve años explica su pasión por la política en clave de servicio ciudadano
17 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Jacobo Beltrán Pedreira nació en Lugo en 1966, pero pese a haber venido al mundo en tierra gallega, se siente muy ligado a la ciudad que le acogió con apenas nueve años: Madrid. Aquí se trasladó, junto a sus padres y sus cinco hermanos, y aquí se ha desarrollado personal y profesionalmente. Licenciado en Historia y casi en Políticas, Beltrán se decantó por unir a su vocación humanista una formación polivalente, a través de estudios en el extranjero en áreas como por ejemplo la gestión y la dirección de sistemas de información y comunicaciones. A punto de cumplirse una década de su dedicación activa a la política, explica su pasión por ella en clave de servicio público. Actualmente es diputado del PP en la Asamblea de Madrid. -¿Qué podría contar sobre Jacobo Beltrán? -Que es gallego. Oriundo de la provincia de Lugo, y que a los nueve años se marchó a Madrid a vivir con sus padres, aunque sigue estrechamente vinculado a su tierra, especialmente a Ribadeo, a donde regresa cada verano. -¿Qué le trajo a Madrid? -Mis padres eran funcionarios y pidieron el traslado a esta ciudad porque al tener cinco hijos, los mayores ya en edad de estudiar carreras universitarias, en ese momento era lo mejor. Aquí era donde podían ofrecer una formación más adecuada a sus hijos. Por eso vinimos. -Supongo que guarda recuerdos de su infancia en Lugo... -Sí. Los recuerdos de infancia son magníficos, como no puede ser de otra forma. Me gusta especialmente que muchos de mis amigos de la niñez siguen siéndolo aún ahora, después de todo el tiempo que ha pasado, y nos vemos a menudo. Recuerdo también juegos en un ambiente muy distinto, más familiar, donde todo el mundo se conocía, y en un entorno natural fantástico. -¿Le resultó duro cambiarlo por Madrid? -Venir a Madrid fue un cambio considerable, eso es evidente. Venir de un pueblo con unos 9.000 habitantes, a una ciudad con casi tres millones de personas en aquella época fue un impacto. Pero no me costó nada adaptarme. Cuando uno tiene nueve años es fácil. Además, todo favoreció que yo me adaptara. No me resultó hostil. Realmente sólo puedo decir cosas buenas de Madrid y de lo que significa en mi vida. -¿Y qué significa? -Todo. Madrid es una de las ciudades mejores del mundo por calidad de vida. Y eso se ve por la cantidad de gente que la elige para vivir y trabajar. Es una ciudad abierta y acogedora, a pesar de su tamaño. -A la hora de formarse, optó por Historia. -Sí. Hice Historia y Políticas, aunque ésta última no la acabé. Estudié en Bruselas también, en el Instituto de Estudios Europeos, e hice cursos en el extranjero, intentando combinar una formación de tipo humanista con otra más internacional y con el ejercicio de la política. -¿Por qué entró en política? -Fue en 1997. Primero pasé por el Ayuntamiento de Madrid, luego por la Comunidad y el Gobierno de España, del 2001 al 2004, y ahora estoy en la Asamblea. Soy portavoz de la Comisión de Cultura y Deportes y secretario tercero de la Mesa de la Asamblea. De la política lo que más me atrae es la vocación de servicio público: tener la capacidad de, a través de un programa, de unas ideas, intentar solucionar los problemas de la gente, mejorar el futuro.