Su apuesta por el casi maldito concepto del género hace que Constanza Tobío no dude en hacer un análisis demoledor de la explicación del director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha, sobre los motivos por los que no se incluye ese concepto, aplicado a la violencia contra las mujeres, en el último diccionario editado por la RAE y presentado hace apenas una semana. -¿Cómo valora esa campaña de la RAE contra la acepción que la teoría feminista hace del género? -Hay algo que le dicen a la Reina de Corazones en Alicia en el País de las Maravillas: "Tú no puedes hacer que las cosas signifiquen lo que quieres que signifiquen". Es decir, el uso y el significado de las palabras son un producto social, y una institución enornememte importante cono la RAE debe estar al tanto de cuáles son los significados sociales de las palabras y cómo se usan. Y el término género ya está en el uso efectivo de la lengua. Que el señor De la Concha lo excluya de su diccionario es un problema ideológico, no de uso o no de la palabra. Sexo y género son dos conceptos distintos. -¿Alguna solución? -La RAE no conoce la teoría feminista, ni ganas que tiene, pero deberían... -Parece evidente que la desigualdad social de las mujeres es enorme... -Sí. Hay una fuerte asimetría entre la entusiasta incorporación de las mujeres al mundo de lo público y la reticente incorporación de los hombres al mundo de lo privado, de lo doméstico. -De hecho, las políticas de conciliación parecen dirigidas exclusivamente a las mujeres. ¿Qué falla? -El dilema está en si debemos reivindicar políticas de conciliación como mujeres o hacerlo como personas. El problema está en que si no las reivindican las mujeres, se reivindicarán poco. Pero hay que dejar claro que la responsabilidad es de todos, mujeres y varones, aunque hoy aún sea una exigencia eminentemente femenina.