Había calificado de «un poco enfermo» a Maragall CiU afirma que la herida provocada por el relevo del ex presidente «sigue sangrando»
08 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.El delegado de la Generalitat en Madrid, Raimon Martínez Fraile, dimitió a petición del presidente José Montilla, que consideró un «hecho muy grave» que calificara de «un poco enfermo», tanto física como psicológicamente, a Pasqual Maragall. Fuentes del departamento de Presidencia de la Generalitat de Cataluña indicaron que la dimisión de Martínez Fraile fue aceptada durante la reunión semanal del Ejecutivo catalán. Martínez Fraile ya pidió el lunes disculpas por sus críticas a Pasqual Maragall y retiró sus apreciaciones ofensivas hacia el ex presidente catalán, después de que el actual jefe del Ejecutivo autonómico, José Montilla, se lo pidiera. Este gesto no fue considerado suficiente por Montilla, que reclamó a continuación la dimisión de Martínez Fraile, que la presentó el mismo lunes y fue aceptada ayer.?Martínez Fraile declaró en un medio de comunicación que las últimas afirmaciones de Maragall sobre el Estatuto y las relaciones de Cataluña con España eran propias de una persona que «está un poco enferma en estos momentos», que se encuentra «en una situación no muy adecuada física y psicológicamente». Estas palabras «no están en la tónica» que Montilla desea que impere en su Ejecutivo, han indicado fuentes de la Generalitat.?Raimon Martínez Fraile y Pasqual Maragall han tenido históricamente una relación difícil, desde que ambos coincidieron en el Ayuntamiento de Barcelona, en donde el dimisionario delegado de la Generalitat en Madrid llegó a ser teniente de alcalde y miembro del consejo rector y del comité ejecutivo de la candidatura de Barcelona a los Juegos Olímpicos de 1992. Las reacciones no se hicieron esperar. El presidente de CiU cree que esta dimisión se debe a que Maragall presionó a Montilla para que esto sucediese, mientras que el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, alertó de que la herida provocada por el relevo de Maragall no se ha cerrado y sigue «sangrando». El PP cree que el Gobierno de la Generalitat puede provocar un susto diario. Los portavoces de ERC y IC-V han apoyado la decisión de Montilla.