La operación salida del primer tramo de la Navidad se desarrolló ayer sin más complicaciones que las propias en la antesala de un fin de semana en la mayoría del país. Y tampoco las inclemencias meteorológicas supusieron grandes obstáculos para el desplazamiento de una parte de los 18 millones que se esperan para el conjunto de estas fiestas, desde este viernes al lunes 7 de enero. Solo las salidas y accesos a Barcelona registraron durante buena parte de la tarde importantes retenciones y atascos de varios kilómetros.
Por otra parte, a última hora de la tarde permanecían cerrados al tráfico los puertos de Lunada, en Burgos, y el del Roque de los Muchachos, en Tenerife. La nieve ocasionaba algunas dificultades en la circulación en Teruel y Ávila, y exigía el uso de cadenas en varios puertos de La Rioja.
La Dirección General de Tráfico se ha marcado como objetivo rebajar la cifra de víctimas mortales de las pasadas Navidades (114), en unas fechas caracterizadas por la meteorología adversa y el exceso de alcohol propiciado por las fiestas y las celebraciones familiares.
Las medidas especiales de tráfico se intensificarán en los momentos de mayor movimiento de vehículos, las festividades de Navidad, Fin de Año y Reyes.
Para estas Navidades, el dispositivo cuenta con los 8.350 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que estarán de servicio junto con más de 400 funcionarios y personal técnico especializado que atienden labores de supervisión, regulación e información en los distintos centros de gestión del tráfico.
Por otra parte, el puerto de Algeciras recuperó ayer la normalidad tras permanecer dos días colapsado a causa de la acumulación de pasajeros que no podían cruzar el Estrecho por culpa del fuerte temporal de Levante. En las instalaciones se llegaron a acumular 3.000 vehículos con familias de origen marroquí que se dirigían a su país para pasar las vacaciones.
Desprendimiento en Valencia
Por otra parte, unos 400 viajeros y diez trenes se vieron afectados ayer por un desprendimiento de tierra en la localidad valenciana de Siete Aguas. El suceso obligó a cortar el tráfico de trenes de cercanías entre Buñol y Requena, así como el de regionales entre Buñol y El Rebollar, y establecer un sistema de transbordo en autobús. Fuentes de Renfe explicaron que se está trabajando en el tramo afectado para evitar que vuelva a repetirse otro desprendimiento en la zona y que hoy esperan restablecer el servicio. El desprendimiento provocó sobre las 10 horas que se saliera de la vía parte del primer convoy de un servicio regional que cubría el recorrido Cuenca-Valencia, a la altura del apeadero de Siete Aguas.