Ibarretxe ya tiene su juguete y puede mirar a sus hijas

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Nada es tan incierto como su futuro político, pero ya podrá volver a tranquilo: «Si no propongo la consulta, sentiría vergüenza al mirar a mis hijas», había dicho.

29 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Nada es tan incierto como el futuro político de Ibarretxe , pero ya podrá volver a tranquilo a casa habida cuenta que en su día declaró: «Si no propongo la consulta, sentiría vergüenza al mirar a mis hijas». Ya la ha propuesto, con un voto prestado del PCTV, a su vez autorizado por la dirección de ETA, y ya sabe que la consulta no se celebrará porque el Tribunal Constitucional no la aceptará por vulnerar la legalidad. Pero eso es lo de menos: Ibarretxe ya tiene juguete.

Al lendakari no parece importarle que su iniciativa salga adelante con un Parlamento profundamente dividido, reflejo del país que dirige, ni que el Consejo Consultivo Vasco se dividiera también al considerar la legalidad de la propuesta. Patxi López , el secretario socialista, se lo dijo claramente: «Euskadi, hasta que usted llegó, se construía siempre con consenso. Y ahora que hasta su propio partido está dispuesto a llegar a acuerdos entre vascos que sentimos de manera diferente, se demuestra una vez más que usted nunca ha pretendido el consenso».

Es la fotografía en una frase de la otra desgracia del País Vasco. La primera ETA, que dura ya más que la dictadura de Franco . La segunda, Ibarretxe, expresión institucional de la intolerancia de Arzalluz y Egibar .

Atrás quedan los tiempos del Pacto de Vitoria, del consenso Ardanza-Jáuregui , de la esperanza suscitada por Josu Jon Imaz , presidente del PNV, e incluso por su sucesor Urkullu .

Esa votación 33-32 en el Parlamento de Vitoria esconde varias fracturas, porque buena parte de los diputados peneuvistas del grupo de Ibarretxe están en contra de su propuesta.

En ese bloque andan los diputados de EB, la Izquierda Unida vasca, responsables en parte del retroceso de IU en el resto de España.

Y además la tensión entre las fuerzas del tripartito de Vitoria es altísima. Pero Ibarretxe ya tiene juguete. Nada hace más feliz a un nacionalista vasco que proponer algo y que en Madrid se le diga que no.

Blanco sube

José Blanco, número dos del PSOE, en una conferencia en Madrid, el miércoles, lo simplificó así: «No le den vueltas, que es lo mismo. Propuso el Plan Ibarretxe y no salió adelante. Ahora propone la consulta y tampoco saldrá». Al ser presentado, de Blanco se dijo: «No es un gallego de los que se dice que no se sabe si suben o bajan. José Blanco, claramente, sube». El empresario Luis del Rivero comentó en la mesa, en la que estaban también Julio Gayoso, Villar Mir y otros empresarios: «Sube. Y lo vamos a ver de ministro de Fomento en pocos meses». Lo cierto es que su intervención a unos les pareció más moderada y a otros más amable. Gayoso lo definió así: «Parecía más como de ''hombre de Estado'', por decirlo de algún modo». Debe de pasar algo cuando tantos aprecian síntomas de cambio.

Mientras, la economía empeoraba, el PP se moderaba y en el rostro de Zapatero aparecían rasgos de preocupación. «¡Cómo ha envejecido el presidente»!, apreciaba un grupo de empresarios el otro día. No es para menos. Él sabe que la crisis -o «la cosa», como ironizó Blanco- es peor de lo que cuentan. En la reunión de la Confederación de Cajas de Ahorro en París se dieron datos muy serios. Y el Banco de España ha sido claro: guarden dinero de la obra social en el capítulo de reservas.

Y a la necesidad de ahorrar se aferró Esperanza Aguirre para liquidar a los marianistas de su Gobierno. Rajoy ganó, pero ella no se conforma. Trató de ser el bote salvavidas para Pizarro y Juan Costa , otros náufragos del sector crítico, pero de momento seguirán nadando solos.