ETA quería matar a Grande-Marlaska

M. Saiz-Pardo / A. Torices

ESPAÑA

Los terroristas también planeaban el secuestro de un concejal del PSOE con el fin de obligar al Gobierno a negociar

25 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La cúpula de ETA ordenó hace algo menos de un año al jefe del desarticulado comando Vizcaya , el liberado (a sueldo) Arkaitz Goikoetxea, asesinar al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, uno de los jueces más conocidos de la lucha antiterrorista.

El cabecilla etarra, detenido el pasado martes junto a otros ocho activistas, confesó la madrugada del jueves que la dirección de la banda le comunicó que el atentado contra el magistrado debía ser «prioritario». Sin embargo, el comando todavía no había tenido oportunidad de realizar los seguimientos ni de preparar el ataque, ya que en los últimos meses había tenido una actividad frenética con otros muchos atentados dentro y fuera del País Vasco.

Según la declaración de Goikoetxea ante los funcionarios de los servicios de información en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, la orden de intentar matar a Grande-Marlaska la recibió en Francia antes de que a finales de agosto del 2007 empezara a liderar el reconstituido comando Vizcaya . Y antes, incluso, de comenzar su campaña de atentados con el ataque a la casa cuartel de Durango.

La dirección de la banda -explicó el terrorista durante el interrogatorio- propuso a Goikoetxea el asesinato del juez cuando el etarra comentó que el centro de actuación de su futuro comando y uno de sus pisos francos iba a ser la casa del padre de su novia, la también detenida Maialen Zuazo. La familia Zuazo posee una residencia en la urbanización El Cardizal, de la localidad riojana de Ezcaray, una zona de vacaciones muy frecuentada por ciudadanos vascos, donde también la familia del juez, de origen bilbaíno, tiene una segunda residencia.

Interrogatorio grabado

Siempre de acuerdo con la declaración del liberado (que ha sido grabada íntegramente), durante los últimos meses, los terroristas del núcleo duro del comando se desplazaron en varias ocasiones a la casa de El Cardizal, tanto para fabricar los zulos en los cercanos municipios de Valgañón y Santo Domingo de la Calzada, como para facilitar información de objetivos en La Rioja.

De hecho, la Guardia Civil todavía investiga si Goikoetxea y su novia, a los que relaciona con el ataque a la casa cuartel de Calahorra, están detrás del atentado contra la Delegación de Defensa de Logroño el 10 de septiembre del 2007. A pesar de que acudieron con frecuencia a las inmediaciones de la casa de Grande-Marlaska, jamás lo vieron allí, insistió el liberado.

La propuesta de la dirección de la banda terrorista para perpetrar el asesinato era la colocación de un coche bomba. La banda estaba dispuesta a facilitar el vehículo cargado de explosivos, pero el comando jamás llegó a requerir la entrega del vehículo, según explicaron responsables de la lucha antiterrorista.

Solo minutos después de la confesión de Arkaitz Goikoetxea, la Guardia Civil informó de los planes de ETA a Grande-Marlaska, que está de vacaciones estivales fuera de Madrid y lejos de la casa familiar de El Cardizal. «Estoy tranquilo. Son gajes del oficio», explicó el magistrado.

Secuestro de un edil

ETA también planeaba el secuestro de un concejal socialista. Tras el hallazgo de tranquilizantes en el primer zulo, Goikoetxea negó en un primer momento ante el juez conocer cuál iba a ser su destino, aunque posteriormente afirmó que iban a ser dedicados al secuestro de un concejal socialista. Goikoetxea añadió que esta acción seguiría las pautas del secuestro de Miguel Ángel Blanco con el objeto de obligar al Gobierno a negociar, informa Efe. De llevarse a cabo el secuestro de un edil socialista, los terroristas pensaban seguir la mecánica empleada en el caso del concejal del PP en Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco, que fue asesinado por ETA 48 horas después.