La carta leída el sábado en San Sebastián está firmada por De Juana y fechada ese mismo día. En la misiva, el ex recluso califica a Domingo Iturbe Abásolo, Txomin, ex jefe de ETA fallecido en 1987, como «un gran hombre», «amigo de este pueblo [el vasco]». Txomin fue el máximo dirigente de ETA entre 1979 y 1987, período en que los muertos se contaban cada año por decenas, y cuando De Juana cometió sus 25 asesinatos.
De Juana dice que su primer pensamiento nada más salir de prisión fue para sus «compañeros» de ETA presos y para los miembros de la banda muertos, en especial para Esteban Esteban Nieto, su subordinado en el comando Madrid y con quien mató a 21 personas. Para Esteban y los demás terroristas mandó «un caluroso abrazo».
También mostró su «admiración» por los 27 dirigentes de gestoras a los que la Audiencia ha juzgado por pertenencia a ETA; se comprometió a trabajar con las organizaciones del entorno de la banda cuando vuelva a San Sebastián; consideró que la lucha contra el terrorismo es sinónimo de acoso al independentismo vasco; se identificó con la estrategia que lidera la banda criminal, y animó a la izquierda aberzale a revitalizar su lucha y a «no mirarnos al ombligo».