Uno de los detenidos en la operación Valkiria y Grigori es un viejo conocido de la policía catalana. Se llama José Antonio Romero, alias Jaro, y fue socio del Fútbol Club Barcelona hasta que, con la llegada de Joan Laporta, fue expulsado del club en la guerra que el presidente tiene contra los violentos.
Jaro fue condenado en 1995, junto a otros cuatro boixos nois, por el asesinato del joven francés Frederic Rouquier, un seguidor del RCD Espanyol al que mataron en el año 1991 en Barcelona. El asesinato se cometió con machetes y navajas, cuando los ultras identificaron como seguidor del Espanyol a Rouquier y a un amigo, José María Arboleas, que se salvó al esconderse en un hotel próximo. En aquella ocasión, Jaro recibió dos penas que sumaban 20 y 10 años de prisión, que fueron aumentadas por el Tribunal Supremo a 27 años. La condena le llegó en 1995.
Además, fuentes policiales indicaron ayer que Jaro fue retenido la pasada semana después del partido entre el Barça y el Bayern de Múnich de la Liga de Campeones por agredir a un miembro de la seguridad del presidente blaugrana, Joan Laporta.