Patxi López ha encargado al ourensano Rodolfo Ares la tarea más delicada de su Gobierno: la de dirigir la Consejería de Interior. El primer lendakari no nacionalista nombró ayer a su Gabinete, que estará integrado por diez consejeros, de composición paritaria entre hombres y mujeres y de los que cuatro son independientes. Los nuevos consejeros tomarán hoy posesión de sus cargos.
El verdadero hombre fuerte del Gobierno será Rodolfo Ares, una persona de la entera confianza de López. No en vano fue uno de los pocos altos cargos de la ejecutiva de su antecesor, Nicolás Redondo Terreros, que mantuvo en su puesto cuando fue elegido secretario general de los socialistas vascos, en el 2005. Como secretario de Organización y Coordinación del PSE, ha sido también el encargado de dirigir las reuniones que desembocaron en el acuerdo con el PP que ha permitido la investidura de Patxi López.
Como consejero de Interior, no solo será el encargado de dirigir la estrategia antiterrorista del primer Gobierno vasco socialista, sino que deberá poner orden en uno de los departamentos más politizados de la Administración vasca. Amenazado directamente por ETA en más de una ocasión, Ares dispondrá en su nuevo cometido de una gran ventaja: su gran sintonía política y personal con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
López ha encomendado la política económica a los independientes Carlos Aguirre (Economía y Hacienda), hasta ahora director de recursos humanos del Ente Vasco de la Energía, y a Bernabé Unda (Industria e Innovación), director general del astillero de Navantia. Los otros dos independientes son Rafael Bengoa (Sanidad y Consumo), uno de los impulsores del sistema sanitario vasco, y la filóloga Blanca Urgell (Cultura). Se trata del Gobierno con mayor número de no afiliados a un partido de los habidos hasta ahora.