Con las peores noticias sobre la recesión en Europa y el retroceso de la economía alemana que se ha hundido casi un 4% de enero a marzo -el peor dato en cuarenta años-, Zapatero y Rajoy se inclinan por apostar a fondo jugándoselo todo: el presidente promete dinero contra la deuda del Estado, incluso el que no es suyo sino de las autonomías; Rajoy apuesta a que Francisco Camps saldrá indemne de la imputación por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia por su relación con los presuntos corruptos de la trama Gürtel. La fe de ambos dirigentes es fundamentalista. Su temeridad, notable. La confianza de sus seguidores, menguante.
Vivimos una situación extraña a la espera de las elecciones europeas del 7 de junio que tan poco importan a la ciudadanía y tanto inquietan a los políticos. En el PP temen lo sucedido en el debate del estado de la nación: iban a ganar por goleada y quedaron desconcertados con la táctica sorpresa de Zapatero. Todo el mundo da por hecho que en las europeas del 7-J ganará el PP -todos menos José Blanco - y en el PSOE se trabaja para limitar los daños. Leire Pajín admite en privado que la movilización hasta el momento es bajísima, pero se confía en que la entrada en escena de Aznar y algunas salidas de tono de Mayor Oreja , como el elogio a su bisabuelo por prohibir el euskera en casa, anime a los infieles votantes socialistas.
El PSOE trata de rehacer alianzas parlamentarias para salir de su soledad, pero no se divisa solución. Joan Ridao , de Esquerra Republicana, ya dijo que antes de pactar algo «Zapatero debería arrodillarse ante Cataluña para después levantarse y firmar un acuerdo». Izquierda Unida no mueve más que dos diputados, los nacionalistas gallegos otros dos y Coalición Canaria lo mismo.
Los dos grandes grupos de oposición, Convergencia y PNV, tienen la llave de la gobernabilidad, pero ambos van camino del monte. Si uno escucha a Duran i Lleida en el último debate, percibe que ahí está la responsabilidad y el sentido del Estado y hasta una solución para reincorporar a CiU a las áreas de gobierno. Pero a Duran apenas se le escucha en Barcelona con Artur Mas en el soberanismo y con Jordi Pujol , extraordinariamente activo, cada vez más lejos del hombre de Estado que fue. Mientras, en el PNV el estrés por la pérdida de poder sigue afectando a la dirigencia y en privado se lamenta la pérdida de Josu Jon Imaz , hoy presidente de Petronor, que algunos sectores nacionalistas proponían como el «Obama vasco». Rosa Díez plantea un gran pacto de Estado o elecciones anticipadas ya. Con esta tensión entre PSOE y PP, más la distancia de los minoritarios, el pacto es poco viable. Y las elecciones anticipadas, menos. Zapatero, salvo que su salud lo impida, no dejará escapar la presidencia española de la Unión Europea en el primer semestre del año próximo. Tal como está la UE con 27 miembros, aunque no crezca, pasarán 13 años hasta que esa presidencia recaiga de nuevo en Madrid. ¡Cómo para perderse la oportunidad! Si acaso, las elecciones anticipadas, si todo fuera a peor, podrían llegar después de esa presidencia, o sea, a finales del 2010 como pronto.
El problema de Zapatero es muy importante, pero el de Rajoy, que estaba mejor, se agranda. Ganador en Galicia y relativamente también en el País Vasco, donde dio una prueba de responsabilidad bien valorada en toda España, a Rajoy se le han complicado las cosas en esta semana negra que termina hoy: primero en las Cortes, donde no ganó a un Zapatero acorralado por las circunstancias, y después en los tribunales. Lo de Valencia desmiente que el juez Baltasar Garzón persiguiera al PP, como Rajoy denunció, sino que hay indicios serios como para imputar a Camps. Puede pasar de todo en el alto tribunal, pero ya sabemos dos cosas: que Rajoy tiene dos varas de medir, una para los presuntos corruptos del grupo de su oponente Esperanza Aguirre , y otra para los presuntos corruptos de Valencia, y la segunda, que a Camps se le acabó el sueño de ser sustituto de Rajoy algún día. Quizá en Valencia pueda sobrevivir, pero no puede optar a la Moncloa quien no deje claro el origen de sus trajes.