Los partidos tradicionales del Este temen el auge de la ultraderecha

La Voz

ESPAÑA

23 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El miedo reside en la certeza de que la ecuación puede repetirse: los fascismos del siglo XX se nutrieron sobre todo de la depauperación de las clases medias, y en algunos de los nuevos socios la recesión está convirtiendo en un espejismo los pocos años de bonanza económica que impulsó la adhesión a la UE.

En la República Checa, que preside la Unión hasta julio, el nuevo primer ministro, Jan Fischer, ha empezado a enarbolar el «¡No pasarán!» contra el Partido Obrero, una formación de corte racista que empieza a acariciar la posibilidad de obtener representación en la Eurocámara. Su homólogo húngaro, Gordon Bajnai, también ha advertido de que la crisis «puede constituir un abono fértil para los movimientos radicales», como los ultranacionalistas del Movimiento por una Hungría Mejor.

Grupo parlamentario

Ya se sientan en el Europarlamento cuatro diputados de Atakka, un partido búlgaro que no oculta sus posiciones racistas y xenófobas y que intentaron en la pasada legislatura formar grupo parlamentario en la Eurocámara con el Frente Nacional francés de Jean Marie Le Pen y la Alianza Nacional de Alessandra Mussolini, nieta del dictador.