Responsables del partido cuestionan que Leire Pajín y no José Blanco fuera la encargada de dirigir la campaña
11 jun 2009 . Actualizado a las 13:01 h.José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo ayer ante los nuevos eurodiputados del PSOE un tono de serenidad por la derrota en unas elecciones europeas que, a su juicio, nada tienen que ver con lo que podría ocurrir en unos comicios generales. Aunque ese es el discurso oficial, de puertas adentro varios sectores del PSOE reclaman un análisis menos conformista sobre las causas de la importante sangría de votos, especialmente en Valencia, Madrid o Cataluña, y de por qué los populares han dado un vuelco solo algo más de un año después de las generales.
Zapatero no hizo ayer ninguna autocrítica y calificó la derrota por casi 600.000 votos como «un resultado muy digno». Pero ya el pasado martes varios diputados expresaron su preocupación en la reunión del Grupo Socialista, algo que otros muchos expresan en privado. Entre los motivos de crítica de varios diputados está la estrategia de campaña dirigida por Leire Pajín, a la que achacan falta de experiencia. La diputada Fátima Arbuto cuestiona por ejemplo en su web que el PSOE haya entrado «al trapo» hablando «de tonterías que no interesan a nadie». Otros, como el ex ministro Jordi Sevilla creen que el discurso del miedo a la derecha utilizado en campaña «está agotado».
Fuego cruzado en Cataluña
En ese contexto, son muchos los que consideran que José Blanco debería haber dirigido la campaña. El propio vicesecretario general dio alas a ese estado de opinión al bromear ante un grupo de periodistas en el Senado asegurando que en el 2012 ganarán y será él quien dirija la campaña, aunque luego descartó cualquier matiz de crítica a Pajín. Ayer, el PSOE emitió un comunicado en el que se afirmaba que Zapatero había felicitado expresamente a Pajín por la campaña y el resultado.
A esos diputados que quieren que el toque de atención electoral se tome muy en serio y se analice hasta sus últimas consecuencias se une la actitud del PSC, que ha achacado la pérdida de votos en Cataluña al incumplimiento por parte del Gobierno del Estatut, especialmente en lo que se refiere a la financiación. Sin embargo, ese argumento se vuelve en contra de los socialistas catalanes cuando otros dirigentes, como la secretaria de Política Autonómica del PSOE, Mar Moreno, replican que el PSC no es capaz de comunicar a los catalanes «lo que hace el Gobierno de España».
Otro grupo de diputados cuestionan la estrategia de incidir en campaña en los procesos judiciales contra dirigentes populares, ya que lo único que se ha conseguido es motivar el voto del PP. Y en una polémica más de fondo se sitúan las discrepancias entre quienes consideran que, ante el mayoritario rechazo social que suscita, no se debe llevar adelante la reforma que permitirá abortar a las mayores de 16 años sin permiso paterno, que Bibiana Aído volvió a defender ayer.
Por su parte, el secretario de Comunicación del PSM, Eduardo Sotillos, admitía la necesidad de una «corrección de rumbo» en un artículo titulado Autocrítica, porque «algo hemos hecho mal en la izquierda» para no movilizar al electorado fiel. Tampoco contribuyó a afianzar el discurso de tranquilidad lanzado por Zapatero el que Felipe González dijera que no ve «muy dramática» la situación del PSOE, pero añadiera a continuación: «Veo dramático que el proyecto no sea claro».