El presidente del Gobierno sostiene que la entrada de Aminatu Haidar en España no fue una decisión política sino administrativa.
11 dic 2009 . Actualizado a las 22:09 h.José Luis Rodríguez Zapatero atribuyó a «la prudencia y la responsabilidad» su negativa a que el Rey medie ante Marruecos por la situación de Aminatu Haidar. El Gobierno cree que, pese a las presiones desde diferentes sectores, tiene bien encauzadas las gestiones ante las autoridades de Rabat para encontrar una salida al problema. Es más, fuentes gubernamentales mostraron por primera vez en muchos días un cierto optimismo sobre un desenlace positivo del caso.
El jefe del Ejecutivo señaló tras la reunión del Consejo Europeo de Bruselas que «de momento» los buenos oficios de don Juan Carlos no son necesarios porque España tiene «volcada toda su capacidad diplomática» para resolver el entuerto creado, y, además, es necesario «preservar» la figura del jefe del Estado. El Gobierno considera que se corría un riesgo con la implicación del Rey en la crisis con Marruecos ya que el éxito de su gestión no está garantizado, y un fracaso dejaría en situación muy delicada su papel para el futuro, y los vínculos hispano-marroquíes sufrirían un serio revés.
Agradeció, de todos modos, la disponibilidad de don Juan Carlos para intervenir, algo, precisó, que no es excepcional pues «siempre está dispuesto a colaborar» con el Gobierno. Señaló además que algunas intervenciones del Rey en asuntos de Estado en el exterior «ni siquiera tienen trascendencia pública». Apuntó asimismo que estaba al corriente de la carta que envió el líder de IU, Cayo Lara, a La Zarzuela y que, «por supuesto», también estaba informado del contenido de la respuesta porque la Corona y el Ejecutivo trabajan «en perfecta sintonía».
Zapatero insistió en que el marco de resolución del conflicto es la relación bilateral con Marruecos, aunque agradeció los gestos de Estados Unidos y la Unión Europea de las últimas horas. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, conversó el jueves por la noche con el ministro de Asuntos Exteriores del país magrebí, Taieb Fassi-Fihri; y Suecia, como presidente de turno de 'los 27', emitió hoy un comunicado en el que insta a Rabat a cumplir «sus obligaciones internacionales en derechos humanos» y ponga los medios para hallar, con España, una «solución positiva» al caso Haidar.
La única intervención multilateral que contempla España, agregó, es la intervención de Naciones Unidas en el contencioso por el Sáhara y su derecho de autodeterminación, un asunto que está «detrás» de la huelga de hambre de la activista.
Pero pese al planteamiento de mantener en el marco bilateral las negociaciones, el titular de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se desplazará este lunes a Washington para entrevistarse con Clinton. Aunque fuentes gubernamentales indicaron que la cita estaba fijada de antemano, el propio Zapatero apuntó que sería «lógico» que en la entrevista surgiese la situación de la activista saharaui, que hoy cumplió su vigésimo sexto día de huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote.
Entrada
El presidente del Gobierno también defendió el procedimiento seguido para autorizar la entrada de Haidar en España el 14 de noviembre, uno de los caballos de batalla del PP, y aseguró que no hubo error alguno. Explicó que el permiso fue otorgado «conforme a la ley» de Extranjería por «las autoridades administrativas que tienen encomendadas esa gestión» y en ningún caso surgió de una «autoridad política».
El Ministerio del Interior explicó el pasado 20 de noviembre que la activista saharaui retornó a España en cumplimiento de las normas de aviación internacional y del acuerdo de Schengen una vez que fue expulsada de Marruecos. La decisión de permitir la entrada en Lanzarote, agregó Interior, se fundamentó en que Haidar tiene permiso de residencia en España vigente hasta el 21 de enero próximo y por las circunstancias excepcionales recogidas en el artículo 66 de la ley de Extranjería.
Zapatero indicó que, junto a la solución de la controversia con las autoridades marroquíes, el Ejecutivo está empeñado en preservar «la integridad» física de Haidar, deteriorada por su prolongado ayuno. Sobre este aspecto incidió la vicepresidenta primera tras la reunión del Consejo de Ministros, quien sostuvo que la posibilidad de recurrir a la alimentación forzosa de la huelguista sigue sobre la mesa, pese a las reiteradas negativas de la activista a aceptar esa alternativa. María Teresa Fernández de la Vega indicó que el Gobierno «trabaja» para convencer a la saharaui que su medida protesta «no es buena para su salud», pero si no desiste se utilizarán las vías que la ley «nos ofrece» para salvarle la vida y que «vuelva a su tierra, a su casa y con su familia».
La portavoz gubernamental corroboró que el Ejecutivo no va a cejar en la estrategia de «diálogo, diálogo y diálogo» con Marruecos para encontrar una solución a la situación de Haidar, pero tampoco va a desistir de intentar convencer a la activista de que recapacite y acepte alguna de las alternativas ofrecidas por el Gobierno, nacionalidad española o estatus de refugiada política, que permitirían su retorno a El Aiún sin necesidad del pasaporte marroquí.