Los efectos colaterales para el laicista que leerá la Biblia

ESPAÑA

31 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El laicista radical, como lo descalifican algunos, el político más peligroso de Europa según el Vaticano, el promotor del matrimonio homosexual y de la ampliación del aborto, va a ser protagonista de un acto eminentemente religioso, en el que leerá un pasaje de la Biblia. ¿Es una contradicción, una hipocresía, una mero cálculo político que Zapatero haya aceptado acudir al Desayuno de la Oración, en el que se invita a rezar a los asistentes y que ha recibido críticas por mezclar la religión con el Estado?

Simplemente es una invitación que no se puede rechazar. Además de que hubiera supuesto un desaire para Obama, que le ha concedido lo que en EE.?UU. -un país donde no se concibe a un político que no haga ostentación de su fe en Dios-, se considera un gran honor, no podía desaprovechar su mejor oportunidad para darse a conocer en la superpotencia y hacer relaciones con su establishment.

Pero, lo que es más importante, en un momento en el que los pésimos datos económicos están provocando un efecto demoledor en las encuestas, una foto con Obama puede dar un respiro a Zapatero y bien vale una misa. Aunque no sabe inglés será una losa que quizá le impida salir en las grandes cadenas de televisión, tirando por tierra sus cinco minutos de gloria.

Pero su participación también le causará problemas en España. El ex ministro Jordi Sevilla le pidió expresamente que no fuera a una reunión organizada por un grupo tan conservador como La Familia , porque no lo entenderían ni él ni muchos votantes socialistas. Pero, ¿lo comprenderán los católicos? El popular Esteban González Pons planteó así la cuestión: «Si va y reza, a lo mejor ofende a muchos aquí en España que consideran que está persiguiendo a las personas que tienen una religión expresa, y si va y no reza ofenderá probablemente a quienes lo han invitado al Desayuno».

Zapatero ha invitado para acompañarlo a altos responsables de grupos de comunicación (Juan Luis Cebrián, Pedro J. Ramírez, José Miguel Contreras) y empresarios (los presidentes de Iberdrola y Acciona, Ignacio Sánchez Galán y José Manuel Entrecanales) con intereses en Estados Unidos, así como a algunos políticos (Josep Antoni Duran i Lleida, presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso). La popular Soraya Sáenz de Santamaría y, según algunas fuentes, José Manuel Lara habrían declinado la invitación por motivos personales.