El Gobierno pide explicaciones a Rabat por la paliza a los activistas

A. Torices / Z. Aldama MADRID/SHANGAI/COLPISA.

ESPAÑA

El Partido Popular exige la comparecencia inmediata en el Congreso de Moratinos y Rubalcaba. Zapatero matiza en Shangai que el incidente no enturbiará las buenas relaciones con el país vecino

31 ago 2010 . Actualizado a las 02:17 h.

El Gobierno reclamó ayer a Marruecos «una explicación oficial adecuada» sobre los incidentes ocurridos el sábado en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, donde 14 activistas canarios favorables a la independencia de la ex colonia española fueron golpeados por manifestarse en el centro de la ciudad y retenidos durante horas por la policía marroquí.

José Luis Rodríguez Zapatero, que dijo sentirse «preocupado» por lo ocurrido, pero se negó a valorar los hechos hasta que reciba la explicación diplomática. No obstante, anticipó que el suceso no enturbiará lo que considera «un principio esencial de la política exterior del Gobierno» como es el «mantenimiento de una buena relación con Marruecos», un país «con el que compartimos muchos intereses y con el que están en juego temas importantes de seguridad, estabilidad y económicos». El presidente aseguró que su apuesta hacia el país magrebí sigue siendo «una diplomacia firme, pero inteligente y sensata». Zapatero, durante una comparecencia pública en Shanghai tras visitar la Exposición Universal que se celebra en la ciudad china, explicó que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por orden suya, mantiene contactos con el Gobierno marroquí para recabar las explicaciones sobre lo sucedido.

El PP, que ya criticó con dureza la debilidad de Zapatero con motivo de las recientes tensiones con Rabat en Melilla, pidió la comparecencia inmediata de Moratinos y Rubalcaba en el Congreso para que el Gobierno «dé la cara» y explique lo ocurrido en El Aaiún y para que «dé cuenta del estado de la relaciones con Marruecos sin engaños». La portavoz parlamentaria popular, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que la agresión a los activistas españoles evidencia que los supuestas acuerdos de cooperación bilateral de Rubalcaba fueron «una tomadura de pelo a los ciudadanos» y un «fracaso», y que sus engaños a la opinión pública son «un insulto a la inteligencia». En su opinión, «nunca se ha cosechado un fracaso tan rápido y evidente en las gestiones diplomáticas».