La última crisis diplomática con Rabat que nunca existió, según el ministro de Exteriores, comenzó en julio y se mantuvo larvada hasta su eclosión casi un mes después, con el boicot comercial y la colocación de carteles vejatorios contra las mujeres policías. La polémica política concluyó tan silenciosamente como había comenzado. 16 de julio. Marruecos envía un comunicado de protesta al Ministerio de Asuntos Exteriores español por los supuestos malos tratos a cinco jóvenes marroquíes que intentaban entrar en Melilla. 2 de agosto. El ministro de Exteriores marroquí pide explicaciones al embajador español por otro caso de supuestos malos tratos.
Rabat emite un tercer comunicado en el que acusa a la Guardia Civil de haber abandonado a ocho subsaharianos «en estado de salud crítico» en la costa marroquí, cerca de Ceuta. 9 de agosto. Ante el silencio del Gobierno español, el marroquí le exige una respuesta precisa a sus quejas. 11 de agosto. Don Juan Carlos llama al rey marroquí para intentar rebajar la tensión y convienen una reunión. 12 de agosto. Las gestiones del Rey no consiguen impedir el bloqueo comercial.
Aznar visita por sorpresa la ciudad de Melilla. El Gobierno lo acusa de ser «desleal» con España.
Moratinos niega que haya habido conflicto. 23 de agosto. Rubalcaba da por zanjada la crisis tras reunirse con el ministro del Interior marroquí.