Tras la huelga general, el calendario político se acelera con las primarias en el PSM y una previsible remodelación ministerial a la espera de las elecciones catalanas
26 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Del 29 de septiembre, huelga general convocada, al 28 de noviembre, elecciones catalanas, solo hay dos meses, pero se esperan de vértigo. Nada será igual según su resultado, pero hay en medio otras fechas relevantes. De entrada, el 3 de octubre, con las reñidísimas primarias del PSOE en Madrid. Después, el cambio de Gobierno que Zapatero prepara sigilosamente, quizá para el Consejo de Ministros del 15 de octubre, tras la huelga, las primarias y el Día de la Fiesta Nacional.
Por otro lado, la proclamación del candidato del PP al Gobierno de Asturias, donde la organización regional, casi por unanimidad, le ha plantado cara a Mariano Rajoy, porque no quieren ver por allí a Francisco Álvarez Cascos. Reaparece el fantasma de la escisión de Sergio Marqués, que en su día generó el mismísimo Cascos, según se dijo, originada porque sus señoras no se entendían y ahí para adelante, aunque todos salieron bien escarmentados del desaguisado.
Huelga habrá -falta saber si más o menos-, sobre todo después de haber pactado los servicios mínimos. Se diría que hay una huelga de varias caras, porque existen intereses bien distintos. Los sindicatos, que en parte no la desean, tratan de cubrir el expediente: «La puta huelga esa», como dijo con fastidio el líder de Comisiones, Fernández Toxo. Para Esperanza Aguirre, que se ha hecho un buen cartel las últimas semanas combatiendo el exceso de liberados sindicales, la huelga es ocasión para recordar al electorado y al PP que ella, de mayor, quiere ser Margaret Thatcher. En algunas comunidades autónomas, la huelga parece entenderse como una protesta contra el Gobierno de Zapatero y, de paso, contra el ejecutivo regional, sobre todo si es del PP. La huelga es mala noticia económica, recuerdan los empresarios, pero puede tener también -y esto es nuevo- una dimensión internacional interesante: en Wall Street y en los mercados financieros se valorará la protesta como una prueba de que Zapatero hace los deberes y procede a las reformas que se pidieron. Con tantos intereses cruzados, cualquiera diría que, de no existir, la huelga habría que inventarla, aunque cualquier movilización suponga siempre un riesgo, porque a alguien se le puede ir la mano.
Madrid, puerta a puerta
Después llegará el 3 de octubre. Estupefacto quedó el equipo de Tomás Gómez al comprobar los avales de Trinidad Jiménez. Quedó solo a 800 y porque le anularon 400. Eduardo Sotillos había pronosticado que sería un paseo de Tomás y así lo recogimos en esta crónica. Ahora dice que «será muy duro, pero Tomás ganará, aunque esta última semana se esperan ataques muy graves». En auxilio de Tomás han reaparecido socialistas amortizados como Barrionuevo, Peces Barba y Barranco. Rubalcaba y José Blanco apoyan a Trinidad, pero esta vez el aparato es de Tomás, porque votan solo los militantes de la organización de Madrid y él es secretario general. De 18.000 afiliados, han avalado dos tercios y los 6.000 restantes decidirán, aunque en el equipo de Trini esperan recibir sufragios de avaladores ajenos porque «el aval es público y el voto, secreto». Y confían en que esos 6.000 militantes se movilicen a favor de la que, según las encuestas, menos la de Tomás, sería la mejor adversaria contra Esperanza. En una semana, no sin sobresaltos, el dictamen.
Y el 28 de noviembre, elecciones en Cataluña, con debates cara a cara entre Montilla y Mas. No hay tanta incógnita sobre el resultado -con probabilidad gobernará Mas- como en detectar fenómenos electorales nuevos. La expulsión de los gitanos rumanos por Sarkozy ha impactado en Cataluña y el PP ha paseado por Badalona, un foco de tensión con los rumanos, a una diputada francesa de bracete con su candidata Alicia Sánchez Camacho. Rajoy sabe que para ganar en España necesita votos catalanes y aspira a sacarlos de los caladeros socialistas, cansados de ocho años de cohabitación con Esquerra Republicana. El 28-N lo interesante puede ser la letra pequeña, los resultado de Esquerra, PP y Laporta. Los párrafos principales parecen escritos, aunque se pueden matizar.