El embajador venezolano enturbia todavía más la crisis por los etarras

R.?C. MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

Primero insinúa que los terroristas fueron torturados y después, tras una intervención del Gobierno, lo niega

06 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Venezuela tiene «series dudas» de que las confesiones de los etarras Javier Atristain y Juan Carlos Besance sobre su entrenamiento con armas y explosivos en ese país caribeño no hayan sido obtenidos bajo torturas y coacciones. Así lo sugirió el embajador venezolano en Madrid, Isaías Rodríguez. Sus palabras motivaron la inmediata reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores, que preguntó al diplomático qué había querido decir, y este negó después haber dicho que los dos terroristas fueron torturados para que hicieran esa confesión. Se ratificó, no obstante, en que su Gobierno tiene dudas de que las declaraciones de ambos etarras fueran voluntarias.

Rodríguez convocó una conferencia de prensa en la misión diplomática y dijo en una declaración leída: «La supuesta confesión bien pudo ser arrancada irregularmente, y si así fuera no tendría ningún valor probatorio». El diplomático prosiguió: «Aun conscientes de que en estos casos no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma que lo hicieron, Venezuela tiene serias dudas de que estas declaraciones, por falsas y maliciosas de parte de quienes las emitieron, hayan sido totalmente voluntarias».

Luego, en el turno de preguntas, matizó y dijo que sus palabras eran «conjeturas, desde un punto de vista teórico, sobre que no toda confesión puede darse como válida».

Horas más tarde, la Embajada de Venezuela, y tras una llamada del departamento de Miguel Ángel Moratinos, emitió un comunicado para responsabilizar a los medios de haber sacado de contexto las palabras de Rodríguez para «enfrentar a dos Gobiernos amigos». Sobre el asunto de los presuntos malos tratos, el embajador mantuvo: «Nunca hemos imputado ni soborno ni tortura al Estado español», pero ratificó que el Gobierno de Caracas tiene «dudas de que esta declaración haya sido voluntaria».

El diplomático tachó además de absurdo que se dé más credibilidad a «unos criminales» miembros de ETA que a Venezuela, «un Estado cooperante con las causas de la paz», que ha negado, por boca de su presidente, Hugo Chávez, que Atristain y Besance hayan sido entrenados en su territorio.

Satisfecho con la corrección

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dio por satisfecho con la corrección hecha por el embajador venezolano y quitó hierro al asunto. Aunque aseguró que las declaraciones de los dos etarras del desarticulado comando Imanol ante la Guardia Civil, primero, y ante el juez, después, sobre su entrenamiento en Venezuela presentaban gran verosimilitud. Pero negó que pueda responsabilizarse de nada al Ejecutivo de Hugo Chávez. «No hay ninguna declaración que permita inferir, colegir o siquiera sospechar que el Gobierno de Venezuela haya tenido nada que ver», aseguró.

Lo que el Gobierno de España, en principio, ha pedido a las autoridades del país caribeño es que investiguen si el presunto responsable de la organización terrorista en ese país, Arturo Cubillas, participó o no de alguna manera en las tareas de adiestramiento de los terroristas. Eso y una mayor colaboración en la lucha contra ETA.