Solo el anuncio de retirada evitaría el desastre

La Voz

ESPAÑA

23 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hay crónicas que cuesta escribirlas por entender que no dejan de ser injustas. Esta es una de ellas. Rodríguez Zapatero está en su derecho personal de anunciar cuando crea conveniente si continuará o no como candidato en el 2012. Pero una cosa es su derecho personal y otra su derecho político, y él es el secretario general del PSOE. Y hay docenas, o acaso centenares o miles, de candidatos a alcalde en su partido que piensan, y así lo expresan en privado que o Zapatero anuncia su voluntad de llegar al 2012 y dejarlo o el desastre está servido. La situación y la moral están tan deterioradas que ya no hay espacio para fintas ni juegos tácticos.

Es injusto el apremio al presidente. Pero en este punto la doctrina del gurú de los populares, Pedro Arriola, es inexorable: «Una crisis tan profunda como esta se lleva por delante al que gobierna, sea del partido que sea». De haberle ganado las elecciones hace tres años, Rajoy estaría en las mismas y no es descartable que incluso peor, con barricadas. Le ha tocado a él y es lo que hay. Pero cuando se le pregunta a un alcaldable socialista la respuesta es la misma: «Si anuncia en las próximas semanas que no se volverá a presentar tengo posibilidades, si no estamos muertos». Es la tónica general, con alguna variación a mayores: «Si dice además que el sucesor es Pérez Rubalcaba, la diferencia con el PP en intención de voto cae a la mitad y entonces hay partido». Pocos creen que el PSOE puede ganar en el 2012, pero confían en una derrota «dulce» que no deje el territorio esquilmado para que la recuperación no cueste tanto.

Otros dirigentes ponen ejemplos: «Montilla anunció antes de las elecciones que no se presentaría a un tercer mandato y la noche de las elecciones que no sería candidato a primer secretario del PSC». A Zapatero se le exige que diga eso aunque no estemos en vísperas de elecciones generales, ni acabe de perder en las urnas estrepitosamente, sino en las encuestas, pero él como máximo dirigente del PSOE también va a elecciones el 22 de mayo aunque su nombre no figure en las papeletas.

El más atrevido de todos, como casi siempre, ha sido Guillermo Fernández Vara. Le pide a Zapatero que ese anuncio se produzca ya y que no lo deje para después de mayo, porque para entonces será demasiado tarde. Otro destacado dirigente se atreve a ponerle fecha: «El próximo comité federal es el momento oportuno para hacerlo». Antes, Zapatero clausurará la conferencia autonómica, el próximo domingo en Zaragoza y la municipal, una semana después, en Sevilla. Zaragoza se ha elegido para apoyar a Eva Almunia, sucesora de Marcelino Iglesias, y Sevilla porque es el bastión municipal a conservar junto con Barcelona. Los catalanes, además de su debilidad en las urnas el 28 de noviembre, se han enfrascado en unas primarias entre el alcalde Jordi Hereu y la ex consejera Montse Tura, que puede terminar en fiasco.

Entretanto, los populares cantan victoria, con Aznar incorporado al coro dándose abrazos con Rajoy y proponiendo que «valide en las urnas un plan de reformas y un proyecto de regeneración», algo que Mariano evita para seguir meciendo en la ola ascendente de las encuestas.

crónica política Los alcaldables socialistas fían su suerte a que el presidente desvele ya su futuro