El secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, pidió ayer a los socialistas que vayan a las elecciones generales sabiendo que «nada está escrito» y que tienen «la obligación de dar esta batalla hasta el final» y de ganarla «sin ningún complejo» por el programa, el partido o los candidatos. En su intervención durante la inauguración de la convención política de los socialistas valencianos, Iglesias resaltó que en la Comunidad Valenciana, «más que en ningún otro sitio», saben «perfectamente» cómo gobierna el PP, por lo que instó a hacer un «esfuerzo titánico» desde un partido que «no va a bajar los brazos».
«El gran desafío, el gran interrogante que tenemos que contestar desde aquí es si somos partidarios de que gobiernen los mercados o de que gobierne la política democrática», alertó Iglesias, quien destacó que los socialistas deben ser capaces de dar respuesta al «cambio de era» que se está viviendo y les pidió que tengan «moral y voluntad» de ganar al PP en «la crisis más ideológica» que ha habido en democracia.
Rubalcaba frente a Rajoy
Iglesias destacó que si se compara la gestión de Rajoy y de Rubalcaba cuando ha habido que tomar decisiones como miembros del Gobierno la situación está a favor de los socialistas, pues de Rajoy se recuerda su gestión del Prestige, y de Rubalcaba, cómo cogió «el toro por los cuernos» en la huelga de controladores aéreos y resolvió los problemas. «No me imagino a Rajoy tomando decisiones; me lo imagino viendo el Tour, me lo imagino fumándose un puro, me lo imagino en la playa, ¿pero tomando decisiones en un momento de dificultad?», ironizó.
La ministra de Sanidad, Leire Pajín, hizo un llamamiento a ser el «muro inquebrantable que impida que se dé un paso atrás» en la sanidad, en la educación pública y en la ley de la dependencia, cuestiones «intocables» para los ciudadanos, y aseguró que los socialistas s. Pajín aseguró que «la gran ventaja» de estas elecciones es que se pueden comparar gestiones: «la irresponsabilidad» de Rajoy, que «negaba la realidad y llegó a mentir en momentos muy duros», frente a Rubalcaba, que ha hecho una política antiterrorista motivo de «orgullo».