La crisis puede liquidar más Gobiernos

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

La dureza de la coyuntura económica amenaza la próxima legislatura

16 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

De momento, todas las encuestas coinciden, incluso las del propio PSOE: ventaja del PP espectacular, de 13 a 15 puntos. El efecto Rubalcaba no recortó intención de voto, aunque marcó el suelo de caída. Sin embargo, algunos destacados socialistas creen que las encuestas no reflejan la realidad.

Entre ellos está Alfonso Guerra, el único diputado superviviente del 77. «Ya era el único cuando celebramos los 25 años de la Constitución, lo que demuestra que este país liquida la experiencia y la historia», señala. Cabeza de lista de nuevo por Sevilla, cree que no basta con preguntarle a mil personas por teléfono para predecir lo que va a pasar. «Paseo mucho por mi ciudad y no percibo esos resultados que se anuncian». Felipe González manifestó hace unos días: «En el 96 nos sacaban catorce puntos en las encuestas y nos faltó un telediario para ganar». Marisol Pérez Domínguez, candidata por Badajoz, estima que «la gente se da cuenta de la ola de recortes que viene, y los primeros meses de los nuevos presidentes autonómicos del PP explican lo que va a pasar. Cada vez hay más miedo a una victoria desmesurada del PP».

La estrategia del PSOE es clara: movilizar a sus votantes desencantados para modular el resultado. Esos votos pueden ir a Izquierda Unida, a Rosa Díez -que también recoge críticos del PP- o quedarse en casa. Si se recuperan, el PP puede ganar, pero el PSOE quedaría en una posición aceptable.

Riesgos de populismo

Lo importante es lo que venga después. Hay quien piensa que esta crisis es tan profunda y previsiblemente larga que, además de liquidar a este Gobierno, se puede llevar por delante al siguiente. Si eso sucediera, el país se quedaría sin alternativa. Agotada la opción socialista en los primeros años de la crisis, si también los populares fracasaran, el riesgo del populismo se dispararía. Hasta ahora, los intentos de candidaturas populistas en España han sido solo testimoniales: Jesús Gil ganó algunas alcaldías importantes en la Costa del Sol, más Ceuta y Melilla. Ruiz Mateos obtuvo dos eurodiputados, y Joan Laporta entró en el Parlamento catalán. Pero en Córdoba un constructor apodado Sandokán, imputado en la operación Malaya, obtuvo en las últimas municipales cuatro concejales, con más votos que Izquierda Unida, que hasta aquel día gobernaba la ciudad.

Existe ese riesgo, aunque ahora la batalla es otra. Para el PSOE, recortar esa diferencia; de no lograrlo, llevaría a Rajoy a obtener más votos que Aznar, y a Rubalcaba, menos que Almunia en el 2000. Para el PP, ganar con mayoría absoluta y formar un buen Gobierno. De ese Gabinete solo sabe Rajoy, y calla, pero las listas del Congreso dan pistas. Soraya Sáenz de Santamaría es la número dos por Madrid. «¿Con qué ministerio sueña?», le preguntaron el otro día a la embarazadísima candidata. «Yo, ahora mismo, es que sueño con otras cosas», escapó hábilmente. Pero en Madrid la dan como vicepresidenta. Y a Ruiz Gallardón, número cuatro, como ministro, o más, y, en consecuencia, a Ana Botella, esposa de Aznar, como alcaldesa de Madrid. Rajoy ha demostrado que manda. A Santiago Cervera, que aguantó el cartel del PP escindido de UPN en Navarra, lo lleva por Madrid en el puesto seis y suena como ministro.

Sentido del humor

La presidenta autonómica Yolanda Barcina no le perdona que votara no a su investidura. «Era la forma de sumarse al bloque constitucional que formamos UPN y PSOE. Podía haberse abstenido, pero votó con los nacionalistas y con Bildu», reprocha. Ahora puede encontrárselo como ministro de Administración Territorial. Los rumores fluyen mientras Rajoy, tranquilo, pasea por un parque nuevo cercano a su casa. «Ha quedado tan bien que voy a votar a Gallardón». Más le vale conservar ese sentido del humor ante lo que tiene delante.