El abogado quiso incluir como prueba el único traje que había pagado el acusado y que no había devuelto como los otros cuatro que se le atribuye
17 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Finalizaba la sesión del juicio por la causa de los trajes cuando Francisco Camps giró la cabeza para dirigirse al público. Llamó la atención de su esposa, Isabel Bas, y se acercó a ella. Susurraron y esta dejó la sala de vistas. Al rato volvió con una bolsa de El Corte Inglés, la tienda preferida de la familia. Se la entregó a su marido y comenzó un entretenido debate con el tribunal.
Camps entregó la bolsa a su abogado, Javier Boix, y este pidió la vez para hablar con el presidente del tribunal, Juan Climent. El letrado dijo que tenía en su poder un traje de su cliente que llevaba la etiqueta de Forever Young, una de las tiendas de Madrid donde el Bigotes compró prendas a Camps y Ricardo Costa, según la Fiscalía.
¿Adónde quería llegar? Sencillo. En esos momentos estaba declarando un testigo importante: un antiguo encargado de Milano y Forever Young. Víctor Sanfelipe acabada de declarar que los trajes que se encargaban para Camps no llevaban etiqueta, como así lo pedía el expresidente al Bigotes. Y Camps quería rebatir a toda costa este extremo y, como si lo previera, ya tenía preparada la bolsa con el supuesto traje etiquetado (supuesto porque su abogado no lo llegó a enseñar). Boix quiso incluir el traje como prueba, ya que, además, era el único que había pagado el acusado y que no había devuelto como los otros cuatro que se le atribuyen.
La fiscala y la acusación popular se opusieron al entender que el traje pudo adquirirse posteriormente. No se aportó factura alguna, ya que se da por supuesto que Camps lo había pagado en metálico y que nunca pedía el tique, «por eso de que nadie piense que estoy gastando dinero público», alegó el martes.
Climent rechazó la prueba.
El testigo había puesto el dedo en la llaga cuando aseguró que vio a Camps y Costa en las tiendas y que Álvaro Pérez tenía cuenta en Milano y encargaba ropa para él y otras personas «de la Comunitat Valenciana, sobre todo. Me refiero al señor Camps, a Betoret, a Ricardo Costa, a Víctor Campos. No tengo duda». Y añadió que era Pablo Crespo quien «pagaba siempre».