La titular de Fomento dará el relevo a su paisano José Blanco.
21 dic 2011 . Actualizado a las 22:41 h.En Galicia todo crece bajo la abundante lluvia, incluso una zamorana que transformada en gallega se ha mantenido leal a Mariano Rajoy, siempre a la sombra de su paraguas y sin desvincularse de ese fértil clan político que, bajo las siglas del PP, parió Manuel Fraga donde el cielo es siempre gris.
Ana Pastor debió ver bien clara la rana de la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca, donde estudio Medicina, un augurio de buena suerte para quien, desde hoy, ostentará el Ministerio de Fomento, convirtiéndose en la segunda mujer que ocupa este cargo en España tras la socialista Magdalena Álvarez.
La exministra de Sanidad tendrá que hacer un diagnóstico certero de las infraestructuras españolas para modernizarlas y, a buen seguro, no se olvidará del anhelado AVE gallego que nunca termina de llegar.
Mujer de carácter y nervio, ardua trabajadora, más técnica que política y a la que no le gusta mucho hablar en público, aunque se defiende bien, Pastor tiene, según sus colaboradores, algo de pimiento del padrón -unas veces pica y otras no-, pero es un producto de buena calidad en todas sus variedades.
Tras dirigir el área de Participación Social del PP, tarea que ha compaginado con la Vicepresidencia segunda del Congreso, ahora tendrá entre sus manos uno de los ministerios con mayor peso por ser uno de los departamentos que más inversión gestiona.
La dirigente popular cogerá el testigo de otro gallego, José Blanco, para dirigir una cartera dedicada a la inversión pública en un momento marcado por los recortes presupuestarios y con tareas urgentes como la aplazada privatización de Aena o dar salida al enorme stock de viviendas sin vender.
La entrada de Pastor en Fomento causará una decepción segura a los profesionales sanitarios, quienes apostaban por ella en todas las quinielas, como «sanitaria de pura cepa» que ha trabajado en todos los rincones del Sistema Nacional de Salud.
Así, los presidentes de la Organización Médica Colegial y del Consejo General de Enfermería, Juan José Rodríguez Sendín y Máximo González Jurado, respectivamente, apostaron públicamente por Pastor, por entender que era la persona idónea para liderar la Sanidad en estos momentos de crisis, una responsabilidad que asumirá Ana Mato.
Funcionaria de carrera, pertenece al Cuerpo Superior de Salud Pública y Administración Sanitaria en el que ha desempeñado cargos de responsabilidad, todos ellos dentro del Servicio Gallego de Salud, y como diputada por Pontevedra ha defendido los intereses de esta región desde el año 2000.
Desde que en 1999 fuera nombrada subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, coincidiendo con la llegada de Rajoy a esta cartera, su carrera política ha estado vinculada al actual presidente del Gobierno, pasando por sucesivos ministerios a la vez que éste.
Así, en mayo de 2001 fue nombrada subsecretaria del Ministerio de Presidencia y un año después, tras la llegada de Rajoy a Interior, pasó a ocupar el mismo puesto en este departamento.
El 9 de julio de 2002 fue nombrada ministra de Sanidad y Consumo, en sustitución de Celia Villalobos, en la remodelación del Gobierno que hizo José María Aznar. Pastor se convirtió en la cuarta mujer en ocupar este sillón ministerial, tras Federica Montseny, Ángeles Amador y Villalobos.
Con la gestión sanitaria transferida a las comunidades autónomas, logró aprobar en 2003, con el consenso de todos los grupos parlamentarios, la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud.
Durante su gestión se elaboraron los planes integrales de salud contra patologías coronarias y contra el cáncer, se aprobó el Plan Nacional para la Prevención y Control del Tabaquismo y se llevaron a trámite parlamentario el Estatuto Marco y la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias.