María Calero ha relatado que los empleados solían anotar las prendas adquiridas por Camps y Costa en la cuenta de pago de Álvaro Pérez «el Bigotes».
21 dic 2011 . Actualizado a las 23:28 h.Una excajera de la tienda Forever Young, donde Francisco Camps adquirió ropa supuestamente abonada por la trama Gürtel, ha asegurado hoy que el expresidente nunca le pagó en efectivo y que la primera vez que éste se acercó hasta su puesto fue para darle la mano y no para pagar el traje que se llevaba.
Así lo ha expuesto la testigo María Calero durante el juicio por cohecho pasivo contra Camps y el exsecretario general del PPCV Ricardo Costa, en una jornada en la que también ha comparecido la contable del citado establecimiento, Raquel Vázquez, que ha sido interrogada durante cerca de cinco horas.
Las alcaldesas de Valencia, Rita Barberá, y de Alicante, Sonia Castedo, y el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, han comido con Camps en el Palacio de Justicia durante el receso del mediodía y han asistido a los primeros minutos de la sesión vespertina de la vista.
La excajera ha relatado que los empleados solían anotar las prendas adquiridas por Camps y Costa en la cuenta de pago de Álvaro Pérez «el Bigotes», porque sabían «que todos eran los mismos». Según ha contado, «el Bigotes», director de Orange Market, filial valenciana de la trama Gürtel, tenía una cuenta abierta en la tienda en la que se iban apuntando sus prendas y las de otros, entre ellas las de Camps y Costa.
Al expresidente lo recuerda varias veces en la tienda, aunque nunca se preocupaba por él: «Sinceramente, sabía que no iba a venir a la caja», ha asegurado. El primer día que lo vio en Forever Young, el entonces presidente se acercó hasta la caja: «Pensaba que iba a pedirme el tique o a pagarme, pero vino simplemente a darme la mano y a decirme 'gracias' y se fue (...). Yo no sabía quién era y me quedé cortada, tuve que preguntar a quién había saludado».
Calero, que fue despedida en junio del 2008, es la autora del documento al que constantemente se hace referencia en este juicio, una cuenta de deuda por importe total 30.678,90 euros que incluye los nombres de los acusados asociados a diferentes cantidades. Lo hizo por iniciativa propia, «porque había mucho dinero pendiente», y para «tener las cuentas claras». Esta deuda se saldó progresivamente mediante transferencias bancarias realizadas por empresas de la trama, ha añadido.
Por otra parte, la contable de Forever Young ha atribuido a «un hacker» el envío de un correo electrónico desde su dirección al responsable del sistema informático de la empresa para que modificase tiques de venta a nombre de Francisco Camps y que figurase en su lugar el nombre de Álvaro Pérez.
Vázquez ha negado haber realizado esta petición a instancias de Eduardo Hinojosa (propietario de Forever Young), como ha preguntado la Fiscalía, y ha afirmado no haber mandado ese correo. «Me entró un 'hacker' en el ordenador. Tengo un acta notarial, esos correos los ha podido manipular cualquiera», ha señalado esta testigo, quien no presentó denuncia por estos hechos.
Entre los correos que la testigo dice que fueron manipulados, según las acusaciones se incluyen números de tiques, importes y fechas de compras que al parecer fueron realizadas por los procesados.
La fiscal le ha preguntado si comprobó que las facturas atribuidas a «Camps nuevo cliente» correspondían al expresident, a lo que ha respondido que, pese a que este nombre aparecía también en las facturas de la empresa de confección (Sastgor), no sabe si «es o no real».
Según la Fiscalía, al hilo de este requerimiento la testigo afirmó sobre las facturas atribuidas a Francisco Camps que «con total seguridad se trata de un cliente diferente, con el mismo apellido y distinto nombre». «Había otro cliente que se llamaba Javier Camp», ha indicado la testigo, quien ha reconocido que no comprobó si éste era un cliente de fuera de Madrid.