La federación madrileña acusa a la ejecutiva del PSOE de vulnerar las reglas.
20 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.A solo dos semanas del 38.º congreso federal, las aguas se agitan en el PSOE con acusaciones al aparato de parcialidad a favor de Alfredo Pérez Rubalcaba y movimientos de los barones para colocarse. La decisión de la comisión de ética y garantías de que participen en la elección de los delegados al cónclave sevillano los 273 militantes de la agrupación de la localidad madrileña de Móstoles (Madrid) echó leña al fuego al enfrentamientos entre los partidarios de los dos aspirantes. Tanto que el líder del PSM, Tomás Gómez, harto de lo que considera maniobras de la dirección federal para favorecer al exvicepresidente, ha enviado una dura carta a José Luis Rodríguez Zapatero para que garantice la neutralidad del proceso que conducirá a la elección del nuevo secretario general.
La ejecutiva federal aceptó el pasado martes un recurso presentado por militantes de dicha agrupación, disuelta hace casi cuatro años, en la que reclamaban participar en el congresillo del PSM donde se elegirán delegados. Gómez recuerda al expresidente del Gobierno que los afiliados mostoleños aparecen como «sin derechos políticos» en el censo cerrado el 26 de noviembre del 2011. Hay quien reprocha sin embargo a Gómez que en cuatro años no se haya resuelto este problema.
En su misiva, el dirigente madrileño afirma que recurre a él porque ya ha agotado todas las vías de interlocución con la dirección federal y porque está convencido de que «quiere que el proceso sea impecable y no resulte contaminado». Gómez mantiene que el secretario de organización, Marcelino Iglesias, le reconoció que la decisión se había tomado por «presiones de la otra parte», es decir, de Rubalcaba, que estaría descontento con los resultados que obtuvo en las asambleas locales del pasado fin de semana. En su opinión, la resolución supone «cambiar las reglas de juego en el segundo tiempo del partido y a la vista de que al parecer no gusta el resultado del primer tiempo», lo que «no parece de recibo por mucho que presione la otra parte». Y concluye: «No puedo imaginar que las decisiones de aplicación de la normativa se adoptaran por presiones».
La propia Carme Chacón entró el miércoles en el asunto indicando que esperaba que el máximo órgano federal del PSOE aplique los estatutos «con la máxima neutralidad».
Mientras, los barones preparan su estrategia ante el congreso. Una de las claves de la elección será lo que haga José Antonio Griñán, ya que la la federación andaluza será la más numerosa, con el 25 % de los delegados. El presidente dice que su posición es de «neutralidad activa», que no se sabe muy bien qué significa. Sin embargo, destacados dirigentes del PSOE andaluz afirman que preferirían que ganara Chacón porque su victoria potenciaría la imagen de renovación que podría traducirse en votos en las decisivas elecciones del 25 de marzo, en la que los pronósticos le auguran una histórica derrota.
11 barones con Rubalcaba
Rubalcaba afirmó ayer que le parece bien que Griñán se mantenga neutral hasta escuchar a la militancia, pero que si finalmente optara por Chacón seguiría confiando en él. Eso sí, añadió que el caso de los ERE puede pasarle factura electoral. De momento, 11 barones se decantarían por Rubalcaba, y cuatro, por Chacón, entre ellos Gómez, aunque aún no lo expresó públicamente, y José María Barreda.