Cambios que han salvado la monarquía británica

imanol allende LONDRES / CORRESPONSAL

ESPAÑA

Isabel II introdujo, tras la crisis ocasionada por la muerte de Diana, una serie de reformas que mejoraron la transparencia

20 abr 2012 . Actualizado a las 06:59 h.

No cabe duda de que la muerte de la princesa de Gales supuso un antes y un después en la forma en que se mostraba Isabel II en público, del mismo modo que el reciente incidente de don Juan Carlos puede significar un punto y aparte en su reinado. La soberana protagonizó un necesario acercamiento al pueblo que comenzó con un discurso ofrecido por televisión a los pocos días de la muerte de su nuera, cuando dijo aquello de «from my heart» [de mi corazón] y confirmó que «existen lecciones que todos debemos de aprender de la extraordinaria y emotiva reacción a su muerte».

Era el inicio del cambio del clan Windsor, desde la medieval oscuridad de sus alturas, alejados de la ciudadanía, a la obligada necesidad de olvidarse de los protocolos y formalismos para salvaguardar la monarquía en el tumultuoso siglo XXI que entonces estaba a punto de comenzar. Al año de la muerte de Diana, los secretarios privados, preguntados sobre cuál había sido la lección para Isabel II, señalaron, de una manera un tanto eufemística: «La necesidad de entender la continua evolución». Quizás el rasgo más destacado del cambio es su casi obsesivo deseo de ofrecer el lado más humano de la Corona, tanto de ella y de su marido, como de Carlos, mostrarse como una institución más abierta y normal. El príncipe Guillermo demostró esa normalidad cuando besó a Kate en el balcón de Buckingham Palace en su boda, no una vez sino tres, y a requerimiento del pueblo, que disfrutó y aplaudió esa espontaneidad. La reina ya no se miraba el ombligo complacida, los vínculos con lo divino se habían rasgado.

Al margen de lo formal, en los últimos años se impulsaron históricas transformaciones constitucionales en la monarquía británica en su intento por modernizar sus estructuras anquilosadas durante siglos. Al poco de llegar Cameron al poder, los 16 países de la Commonwealth decidieron poner fin a la discriminación de las mujeres para acceder al trono, recogida en el Act of Settlement de 1701: ellas solo podían ser coronadas si no tenían hermanos varones, como ocurrió con Isabel II en 1952. La decisión contó en todo momento con el apoyo de la soberana.

Además, se suprimía el impedimento a que los miembros de la realeza se casasen con católicos sin perder sus derechos reales, aunque no afectó la prohibición de que el propio monarca sea católico. Reyes y reinas tienen que ser de fe anglicana, ya que también lideran oficialmente la Iglesia de Inglaterra.

Otra de las transformaciones recientes, en un proceso inaugurado en 1997, es el de transparencia fiscal y financiera. Isabel II paga impuestos desde 1993, pero los gastos que genera son sometidos a un examen tan riguroso por parte de la Auditoría Nacional como el aplicado a otros ámbitos de las cuentas públicas. Downing Street anunció en otoño una reducción progresiva de su presupuesto anual, 49 millones, que alcanzará el 9 % en el 2015. Hace dos años, la monarquía costaba a cada británico 62 peniques anuales; la cifra se ha reducido hoy hasta los 51. La web oficial muestra un documento en el que se detallan las cantidades recibidas y los gastos realizados. Se desglosa hasta el mínimo pago: peluquería, limpieza, obras de reformas, agua?

ALGUNOS MOMENTOS DIFÍCILES PARA ISABEL II

Isabel II (con su madre, en la foto) se acercó tras el funeral a ver el mural de homenaje a la princesa que sus súbditos habían compuesto con fotos, flores, velas, mensajes... Había entendido la importancia de deponer su actitud de frialdad y distancia con lo ocurrido.

La imagen del príncipe sufrió un grave deterioro por la amistad con Camilla Parker que mantuvo estando casado con Diana, que dañó su matrimonio y aireó la idea de la renuncia a sus derechos sucesorios. Todo se fue normalizando, y la segunda boda puso fin al problema.

Las «trastadas» de los nietos de Isabel II Enrique y Guillermo han sido un constante quebradero de cabeza para los Windsor. La portada de «The Sun» del 13 de enero del 2005 recogió su disfraz de soldado nazi, «broma» por la que tuvo que disculparse públicamente.

La cámara oculta del «News of the World» mostró en el 2010 cómo Sarah aceptaba 500.000 libras de un supuesto hombre de negocios a cambio de gestionarle una entrevista con su exesposo, el príncipe Andrés. Su disculpa apelando a su pésima situación económica no borró el incidente.

Discriminación femenina

Se puso fin al veto a la mujer para acceder al trono cuando esta tenía un hermano varón.

Control económico

Examen riguroso de los gastos que genera la Casa Real, y recortes en el presupuesto.

Transparencia contable

La web oficial detalla las partidas recibidas y los gastos.