Santamaría llama a aparcar las diferencias para hacer las reformas

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Toni Garriga

La vicepresidenta lanza un mensaje a CiU para volver a trabajar juntos

07 may 2012 . Actualizado a las 07:10 h.

Soraya Sáenz de Santamaría se enfundó ayer el traje de vicepresidenta para, en un tono grave e institucional, hacer un llamamiento a aparcar las diferencias, a la cooperación institucional y a potenciar los puntos de encuentro para acometer unas reformas que son «urgentes y más necesarias que nunca». Un mensaje destinado en primer lugar a Artur Mas y CiU, para recuperar su apoyo a las reformas y ajustes de Mariano Rajoy, después de que la federación nacionalista rompiera la baraja al presentar una enmienda a la totalidad a los Presupuestos. El objetivo es regresar a la estrecha colaboración que permitió que Josep Antoni Duran i Lleida respaldara en Madrid el primer paquete de las medidas de ajuste que aprobó el Gobierno nada más asumir el poder, la amnistía fiscal, la ley de estabilidad presupuestaria o la reforma del sistema financiero a cambio de que Alicia Sánchez-Camacho apoyara a un Mas en minoría en el Parlamento de Cataluña.

«No podemos trasladar a los ciudadanos la cuita de nuestras diferencias, la cuita de aquello que nos separa, tenemos que trabajar juntos, unidos, limando diferencias, buscando puntos de encuentro para poder de verdad superar las dificultades del país y salir reforzados», señaló en la clausura del congreso.

Rajoy no necesita a CiU para sacar adelante sus iniciativas legislativas en el Congreso, pero no le interesa quedarse solo, como pasó en el primer trámite parlamentario de las cuentas públicas, por la mala imagen que puede dar a los mercados y a sus socios europeos.

Deriva soberanista

La cada vez más patente deriva soberanista de los nacionalistas catalanes, su reclamación del pacto fiscal y la negativa de Rajoy a pagar los 211 millones de la disposición adicional tercera del estatuto que exige la Generalitat dificultan la relación.

Pero el discurso de Sáenz de Santamaría también contenía un mensaje para el PSOE, al que el viernes instó a consensuar la reforma de las Administraciones públicas. «Nos medirán por eso, por los resultados a los que estamos en el Gobierno, pero por los esfuerzos y la responsabilidad a quienes están en la oposición», señaló. En esta ocasión y a diferencia de otros dirigentes del partido, no hurgó en la herencia recibida por los socialistas.

Mucho más beligerante se mostró la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que criticó, sin citar al PSOE, a quienes «dicen que quieren consenso y no buscan la concordia», a quienes se les llena la boca de «grandes palabras» y sin embargo actúan con «vileza y de forma miserable», con lo que «no es fácil llegar a acuerdos».

La vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, fue igualmente dura al denunciar que la derecha española, a través de «sus recetas de austeridad cruel», ha decidido «liquidar prácticamente a la juventud de este país» y «quiere que las mujeres volvamos a casa a cuidar de nuestros hijos y mayores».